Culpabilizar

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Era de noche, y Pinchimono aún se encontraba molesto, pues, los intensos celos y saber que su esposo aún hablaba con su exnovio le hacía estar lleno de rabia ¿A caso él no era suficiente para Negas?

Estaba demasiado molesto cuando se fijó en el mueble donde tenía sus videojuegos y figuras, se dio cuenta de que había varias calcomanías pegadas en lugares estratégicos para ocultar rayones que en este había.

No recordaba haber sido él quien los hiciera, miro las figuras, dos de ellas estaban rotas, Pinchimono ardió en furia, pues esas figuras eran muy importantes para él.

Él no recordaba haberlo hecho, pero, si no lo había hecho... entonces Negas era el culpable

Así que se le acercó rápidamente a Negas, quien estaba sentado y leyendo un libro.

—Negas... ¿Por qué rompiste mis figuras?

Pregunto el azabache furioso.

—Yo no hice nada

Dijo con indiferencia el castaño, sin apartar la mirada del libro.

—¡Claro que sí!

Y de ahí se desencadenó una larga pelea, y esa noche Negas durmió en el patio, cómo castigo por rayar el mueble y romper las figuras de Pinchimono.

Aunque a media noche, Pinchimono recordó que en un ataque de ira él había tirado las figuras y golpeo el mueble con los puños.

Salió a ver a Negas, este estaba sentado en el patio, temblando de frío, todo mojado, cuál perro de la calle.

Pinchimono se disculpó rápidamente y lo llevo a dentro, le dio un baño y durmieron los dos abrazados en la cama.

Por la mañana, Negas estaba algo resfriado, Pinchimono lo miro y dijo sin culpa

—¿Ya ves? ¿Para qué no me recuerdas que lo rompí yo? Si me hubieras recordado, yo no te abría dejado afuera…

V I O L E N T O M E T R ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora