Acto I; parte IV

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acto I; parte IV

EL CORAZÓN DEL LA MAR

EL CORAZÓN DEL LA MAR

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Por la noche, Louis vino a la habitación que compartíamos con un presente para mí. Ya había descubierto la verdad, ya que se lo había contado todo a Rose antes de llegar al camarote, y ella se lo había contado por mí bien, cosa que le agradecía, ya que yo no tenía el valor de contárselo. El regalo era para animarme un poco.

― Sé que estás melancólica. No pretendo saber los detalles... -Se acercó a mí y se sobre mi tocador-. Quería guardar esto para la gala de nuestro compromiso, la semana próxima. Sin embargo, he pensado que, esta noche... -Dijo abriendo la caja negra que llevaba en la mano, dejando ver un collar con una enorme piedra preciosa de color azul en su extremo, rodeada de plata.

― Dios mío.

― Quiero que sea un recuerdo de todo este viaje, de que lo hicimos juntos. Como amigos, como prometidos, como lo que quieras recordar.

― ¿Es un diamante?

― Sí. -Dijo sacándolo de la caja y colocándomelo, con una sonrisa-. De 56 quilates, para ser exactos. Lo llevaba Luis XVI, y lo llamaban "le coeur de la mer".

― El corazón de la mar... -Musité.

― Sí.

― Es abrumador.

― Es para la realeza... Y te queda perfecto.

Lo miré al espejo y pasé mis dedos sobre él, sin poder creer que aquello tan preciado estuviera en mi poder. Pero así era. Sin embargo, me lo quité para dormir y no me lo puse al día siguiente, era demasiado pesado para llevarlo informalmente. Aquello debía reservarlo para alguna ocasión especial, si es que había alguna.

Por la mañana, fui a buscar a Jack, quería agradecerle el haberme salvado la vida incluso cuando ni yo misma quería mantenerme con vida.

― He vivido solo desde los 15 años. Desde que mis padres murieron. No tenía hermanos, ni parientes cercanos en esa parte del país. Así que me largué de ahí y no he vuelto desde entonces. Soy como una veleta que gira en la dirección del viento.

― Eso es fascinante... -Dije sonriendo, y dibujando una sonrisa en mi rostro-. Me encantaría ver mundo. Quiero decir, como princesa, lo hago... Mucho. Pero no libremente. Me gustaría viajar y pintar todo aquello que logre fascinarme.

― ¿Pinta?

― Más bien dibujo. Mis dibujos son con carboncillos, no tienen color. Pero siempre les doy mi toque especial: les pinto los ojos. Incluso si son marrones, el color de ojos más común, como el de los míos. Pero los ojos son el espejo del alma, y quiero que mis dibujos reflejen ese pensamiento, y quiero que llamen la atención. Todos deberíamos fijarnos en las miradas.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2023 ⏰

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𝒰𝓃𝒹𝑒𝓇 𝓉𝒽𝑒 𝓈𝓉𝒶𝓇𝓈 - 𝓙𝓪𝓬𝓴 𝓓𝓪𝔀𝓼𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora