Padre nuestro que estás en el Cielo...
Sí, Dios podía estar en el Cielo, pero el Diablo estaba en la Tierra y esa noche tendría su festín.
Las plegarias se elevaban tan suaves y cadenciosas como las aromáticas volutas que escapaban del ornado bracero de plata, balanceándose en sensual danza, esparciéndose lentamente hasta alcanzar cada rincón del templo. Fijos y completamente ausentes, los opacos ojos de Minhyuk eran ciegos testigos de los minuciosos ritos en el altar mayor, de cada devoto gesto que los sacerdotes hacían con sus manos, de los recargados ornamentos, del brillo y la opulencia. Un canto solemne comenzó a escucharse a lo lejos y el aroma a incienso lo abordó al fin, envolviéndolo con un velo etéreo que, a pesar de su calidez, escarchó su alma como un manto de hielo.
Aquel abrazo fantasmal lo hizo estremecer. Los lienzos misteriosos que cubrían su larga y trágica historia se habían desplomado como los pétalos secos de una flor muerta; el libro que la contenía, caído abierto en su última página. Muy lentamente, Minhyuk bajó la mirada hasta el papel que sostenía en sus manos temblorosas. En él, revestidas de un hechizo hipnótico, relucían las escasas palabras de Hyungwon, letales como una daga, simples como un suspiro.
"No fue tu padre quien te atacó en el vestuario. Y tampoco fue Kihyun. Fui yo."
.. perdona nuestras ofensas...
Fui yo... fui yo... El eco de aquellas palabras rebotaba una y otra vez dentro de su cabeza, como si estuviera completamente vacía excepto por esa maldita confesión. Como si hubiera encajado la última pieza del rompecabezas, todo cobró sentido con espantosa velocidad. "Todo esto es mi culpa". ¿Cuántas veces había dicho Hyungwon esa frase cuando él sufría las consecuencias de sus lesiones? "No es necesario que recuerdes, es mejor que no pienses en eso" decía siempre que él se esforzaba por llenar los huecos en su memoria... Fue el último que recordaba haber visto en el vestuario, lo vieron salir del estadio enajenado, es zurdo como dijeron los peritos que era el atacante... Oh, Dios... tantas cosas que ahora caían en su sitio, como si hubieran sido demasiado obvias desde el principio...
Lánguidamente, la mirada de Minhyuk fue desviándose hacia el suelo. El otro papel yacía arrugado a poca distancia de su pie. Había caído de las manos de Hyungwon en el mismo momento en que éste se derrumbaba sobre el reclinatorio, y allí había quedado, abandonado sobre la oscura tabla de madera, revelando en silencio su secreto mejor guardado.
"La investigación fue todo una farsa armada con mi madre. Sabíamos desde el principio quién había matado a tu familia y no fue Kihyun. Fuimos mi padre y yo. Y fue idea mía"
...como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden...
El baile de máscaras había llegado a su fin. Sus verdaderos rostros habían sido descubiertos, y la revelación era tan sorprendente como monstruosa. Ahora las manos que no habían vacilado a la hora de matar, que no habían flaqueado en el momento de clavar un puñal en el vientre de una embarazada, temblaban al sostener un simple pedazo de papel.
...no nos dejes caer en la tentación...
Pero la venganza llamaba a con la irresistible seducción de una muchacha en celo, hambrienta de castigo y redención, sedienta de sangre y lágrimas.
...y líbranos del mal...
Líbranos del mal, imploraban todos los presentes, pero el mal ya se había desatado. Abandonando su disfraz en aquel banco, Minhyuk arrugó el papel entre sus manos, lo arrojó al suelo, y enardecido por la furia, se precipitó hacia la salida.
... Amén.
~ * ~
-¡¡ Hyungwon!! ¡¡ Hyungwon!!
A pesar de sus profundas heridas, Minhyuk dejó claro que todavía tenía buenos pulmones. La gente comenzó a mirarlo de mal modo aún antes de que derribara a un anciano al piso y que casi tumbara a tres personas más al abrirse paso hacia la calle. Los gritos y reproches no se hicieron esperar, pero fueron inútiles; se había vuelto totalmente ciego y sordo al mundo que lo rodeaba.
ESTÁS LEYENDO
Sangre sobre el hielo
Fanfiction(Кровь около застывание). La sangre tiñe el mundo del patinaje sobre hielo y se derrama sobre los que reinan en él. Sobre los que deben amar y odian, sobre los que deben odiar y aman, mientras todos intentan borrar de sus manos la escarlata mancha d...