Era una tarde realmente cálida, niños jugaban y aprendían cosas nuevas en la manada Apumanque, pero, dos niños se estaban alejando del lugar establecido, aunque repetidas veces les dijeron que no se alejen de la manada.
Uno estaba dejando pequeñas rocas para guiarse al momento de irse del lugar a donde se dirigían y para no perderse como ya había pasado unas cuantas veces.
Y por fin, luego de parloteos de su amigo y una caminata algo larga habían llegado al lugar que hace unos días habían descubierto cuando recorrían la zona, era un paisaje con unas cuantas flores, donde pasaba el sol y lo que más destacaba era el pequeño arroyo donde habitaban peces y, por las aguas totalmente claras y cristalinas, se podían ver a simple vista. Un hermoso lugar con mucha flora.
-Lo ves, mi plan funciono y nadie nos vieron – comentaba uno de los niños, alagándose a sí mismo.
-mi plan – el otro le reprochaba.
-Como sea – cruzo sus brazos y frunció el ceño
El de orejas largas camino hacia el arroyo y se sacó los zapatos para proceder a meter sus ¿patas? al agua, disfrutaba del viento y la naturaleza, ver los peces nadar y las pequeñas rocas que a su vista parecían piedras preciosas, eso le fascinaba.
El contrario solo empezó a hablar alagándose de lo bueno que era en todas las prácticas de la manada, mientras que el conejo no le prestaba atención, solo se concentraba en escuchar al viento y el pequeño chapoteo que hacía en el agua. Pero algo de lo que dijo le llamo la atención.
-Igualmente ya me voy a ir de esta pocilga – Dijo el chimpancé con los brazos cruzados.
El conejo solo lo escucho con una cara inexpresiva – Bueno, eso significa que ya no te voy a ver y eso sería un alivio para mí – Dijo el conejo sonando algo aliviado, pero eso no le molesto al otro solo unas palabras del conejo resonaban en su cabeza "ya no te voy a ver" eso le preocupo demasiado y lo alarmo al instante.
-¿¡Ya no nos vamos a ver?! – Dijo alarmado y asustado, el grito que dio su amigo lo sorprendió - ¡entonces ya no me voy! – Dijo para después acercarse a su amigo y abrazarlo. El conejo estaba muy sorprendido ¿Por qué ese cambio de humor?, sí que estaba loco su amigo...
- No me dejes ¿ok? – Confeso su amigo con pequeñas lágrimas en sus ojos.
El contrario solo lo miro algo ruborizado – ay Tulio... está bien – y acepto su abrazo, un abrazo que, aunque nadie hablo durante este explicaba más de mil palabras, un abrazo cálido que en ojos de cualquier ser podría ser muy lindo y hasta meloso al punto de darte sobredosis de diabetes.
Estuvieron abrazados por un rato hasta que el conejo trato de separarse del abrazo, pero su amigo chimpancé se lo impedía.
-Tulio ¡ya suéltame! Debemos que regresar ya, seguro están a punto de entregar los almuerzos –
-Ay, ya – Dijo para por fin terminar el abrazo.
El chico se limpió brevemente sus ¿pies? O sus patas para ponerse sus zapatillas.
-¡Vámonos, el ultimo es un huevo podrido! - Grito el mas bajo para despues salir corriendo.
- ¡hey, eso es trampa! – y el contrario lo sigue riendose, siguiendo el camino de rocas.
...
Aveces los actos explican mas que unas simples palabras ¿Qué significara ese abrazo para los dos?, solo uno lo sabe...
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Este one - shot fue inspirado en un comic que hise hace años, no pude evitar imaginarme una escena igual.
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