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Cuando el abrazo finaliza, Junhui mira a Minghao como si fuese lo más preciado en su vida, a pesar de nisiquiera tenerlo en ella.

Aún así, se siente agradecido de haber podido volverlo a abrazar. Se vuelve dócil, y mentiría si dijese que no quería tomar de la mano al pelinegro y llevárselo. Escabullirse entre todos en el evento y simplemente escapar e irse lejos, a donde quizá nunca nadie vuelva a saber de ellos. Que le importara un comino lo horrible que sería para todos que el novio desapareciera de la boda y dejara plantado a su esposo. Una idea tonta, que desecha en un fugaz segundo, tal como un pensamiento intrusivo caprichoso que se le cuela en su cabeza sin quererlo.

—De todas maneras ya me presenté a tu novio, asi que deberías dejar de preocuparte por ello. —Comenta tranquilo para observar con diversión la cara de sorpresa de Minghao.

—¿Que le dijiste? —Cuestiona casi inconscientemente en un balbuceo exaltado, completamente incrédulo ante la confesión.

—Que yo debí haber sido con quien te casaras. —Dijo en su tono de voz más serio a pesar de estar bromeando, pero no pudo evitar reirse al ver al menor palidecer y dejar caer su mandibula. Sin duda era un buen actor. Minghao exhaló una sonrisa avergonzada tras haber caido en la broma, y Jun sonrió con sincera gracia y felicidad tras la situación. —Le dije que habiamos sido amigos cercanos en la universidad. —

—Gracias... —Habló bajo con una mirada cómplice de agradecimiento en sus ojos, la cual hizo estremecer un poco a Wen por dentro.

—Aunque lo primero se lo dije a tu madre, no a tu novio. —Jun se permitió decir una pequeña mentira piadosa, para volver a reir tras la reacción del más joven, el cual después de aquello, supuso que se trataba de otra broma, asi que solo fingió estar molesto y le dió un leve empujón al rubio como queja. —Ella pareció de acuerdo. Y la verdad, no se lo negué. —Comentó serio una vez dejó de reir. Y en ese momento Minghao no sabía si Junhui estaba mintiendo o si estaba diciendo la verdad.

Volvió aquel breve silencio.

—Soonyoung. —Habló el menor, confundiendo un poco a Wen. —Mi esposo, se llama Kwon Soonyoung. —Un comentario un tanto inusual que hizo que el rubio exhalara una leve risa, como si hubiese sido dicho para causarle gracia. Aunque el comentario llega como una punzada que le recuerda su desgracia, rie vagamente.

—Lo sé. —Respondió firme, pero aún con algo de diversión en su voz. —Y no podría importarme menos. —Dijo desviando la mirada un poco, solo para asegurarse de que el mencionado no anduviese cerca. Minghao movió la cabeza de un lado a otro, pensando en que Jun seguía siendo el mismo hombre del que se habia enamorado hace años, y que debía ser cuidadoso para no volver a caer.

—Yo... creo que debería volver. —Susurró, imperceptible para cualquier otra persona que no fuera Wen.

No supo si Xú lo habría dicho como una despedida momentánea para volver a toparse con él esa noche o si se trataba de una despedida que quizá fuera para siempre. La incertidumbre lo volvió vulnerablemente temeroso, y antes de que Minghao pudiese hacer algún movimiento para alejarse, llevó su mano hacia una de sus mejillas y la acarició. Quizo sincerarse cuando las miradas de ambos volvieron a encontrarse como un choque que desencadena un completo caos, pero ni su garganta ni sus labios parecieron estar de acuerdo con aquello. Sintió como si su mano comenzara a arder tan solo por mantenerla en el rostro del pelinegro, sin tener ningún derecho de poder hacerlo, acariciando una piel ajena que no le pertenecía, y que ahora, incluso parecía llevar nombre y apellido que no eran el suyo. Aunque su voz no pudiese formular nada, lo observó con la mirada desnuda, dejándole ver al novio su tristeza, su anhelado deseo prohibido. "Te amo Minghao, pero ya no eres mio... Aunque yo siga siendo tuyo." pensó, e incluso intentó transmitirselo através de sus ojos o de comunicarselo telepáticamente como si aquello fuese posible. La mirada del menor perdida en sus ojos como respuesta, pareció decirle que habia algo escondido en alguna parte de su corazón, algo que estaba reteniendo, que tal vez anhelaba liberar pero que al parecer fue prohibido, o al menos así lo interpretó, esperanzado tener razón. Se preguntó si Minghao también escondía una caja con polvo bajo su cama o algún viejo diario con llave. Jun dibujó con sus pupilas el rostro del pelinegro con calma, pensando que si en caso de ser una última despedida, quería asegurarse de memorizarlo a la perfección una última vez.

『 婚禮 』𝑱𝒖𝒏𝒉𝒂𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora