John estaba en camino a la dirección que le había dado ese tal Sherlock en el laboratorio, estaba un poco dudoso de ir, pero no tenía nada que perder.
Llego y no vio a nadie, así que se dispuso a esperar al detective, se puso a pensar en que se supone que haría al vivir con un extraño, y estaba tan metido en sus pensamientos que no vio como alguien iba corriendo hacia su dirección y que choco con el.
Yacía en el suelo, todo había pasado tan rápido, alguien lo había empujado y no pudo ver quien era, volteo hacia arriba y observó a la persona que tenia encima suyo.
Reconoció ese cabello castaño y ondulado, junto con esos hermosos ojos azules qué tampoco dejaban de verlo, se sentía una gran conexión, como si se conocieran de años, tampoco había incomodidad.
Sherlock había caído encima de él y ambos no dejaban de mirarse, no sabían cuanto tiempo había pasado, hasta que el detective se levantó y tomo la mano del rubio para ayudarlo a subir.
-Lo... lo siento John - dijo nervioso
-No.. no hay problema
-Esta bien, entremos - dijo feliz y cerró la puerta detrás de él.
Ambos sentían qué había nacido una amistad... O tal es algo más.