Capítulo 20: Hasta el fin del universo

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D-Specter jadeaba; no solo era por el daño que había recibido del dragón Omega, sino también que aquel movimiento fue similar a una operación: como si te extrajeran un órgano y luego sintieras que te falta algo.

"¿Cómo...?" le preguntó al dragón, "¿Cómo me los quitaste? ¡Era imposible! ¡Mi cuerpo ahora era tan oscuro como un pozo sin fondo! ¡No podrías encontrar una aguja!

"Eso sería un problema..." señaló Omega a Spyro, quien estaba despertando, "Si ni fuera porque le dejé un pequeño regalo a Spyro..."

El ahora consciente dragón púrpura recordó entonces la onda de luz que había recibido previamente.

"Ya me has hecho enfadar... ¡y mucho!" gruñó D-Specter, cuya oscuridad brotaba de su cuerpo en forma de niebla. De nuevo, estuvo a punto a alcanzar a Spyro y los demás (quienes también estaban recuperando la consciencia).

"¡Aaaaaaaaaah!" gritó Pop Fizz, "¡Y yo que quería ver la luz del día!"

Pero con una aleteo, Omega dispersó la oscuridad que casi atrapaba a sus amigos.

"Uff, menos mal.." comentó Eruptor, "No quería volver a ese oscuro cuerpo... ¡gracias nova... quiero decir, bro!"

"¡Sí!" gritó JV, como si se tratara de un partido de balón Ovejero, "¡Acaba con él de una vez por todas!"

Omega asintió; luego, se volvió hacia D-Specter.

"Incluso que los hayas liberado, ¿qué más da?" le dijo el enemigo, "Nuestros poderes son similares, solo será una batalla sin fin"

"Eso sería también un problema" respondió Omega, mostrando su otro puño, el cual brillaba como si tuviera un foco encendido apretado, "Si no hubiera extraido esto también..."

Revelando la palma de su pata draconiana, habían cinco orbes de energía, como lo habían sido previamente sus amigos. Solo que, al verlos, D-Specter pareció cambiar de confiado a temeroso.

"Son... son..." intentaba decir.

"Los planetas que el Destructor se comió" explicó Omega, "Y, por tanto, cada uno de los faros que estos tienen. Y también el que te hayas fusionado con el Desctructor fue tu último gran error..."

Los orbes flotaron de la pata de Omega y empezaron a girar a alta velocidad alrededor de Omega, cubriendololo de una armadura de platino. Si antes se veía imponente con el color azul estrellado, aquella nueva mejora le hacía ver casi como un ser superior. Y ese aspecto era de lo que temblaba D-Specter.

"¡Spectral!" gritó Omega tan fuerte como si tuviera un megáfono, "¡Tu ambición de destrución termina aquí mismo! ¡Te desterraré junto a tu abominable creación hacia el fin del universo: un vacío donde no hay escape y no volverás a dañar a nadie!"

"¡No si yo te hago desaparecer primero!" gritó D-Specter en su desesperación, creando el agujero negro más grande que jamás había existido: su fuerza de atracción era tal que no solo los Skylanders que estaban fuera estaban siendo arrastrados, sino la nave también. En su interior, Sprocket luchaba por mantenerla fuera del campo de atracción.

Pero al único que no le afectó, pues no se movió ni un poco era Omega. Este, con sus poderes al máximo levantó la pata derecha y creó una bola de luz del tamaño de un balón.

Extinción estelar final!" gritó, lanzándolo.

La esfera explotó a medio camino con tal fuerza de una super nova, deteniendo el control de D-Specter por el agujero negro. Además, miles de partículas casi como una lluvia de mini estrellas volaron en dirección al enemigo, quien se sintió abrumado por tal poder y fue arrastrado en la misma dirección junto con su agujero negro. Al final de donde se perdían las mini estrellas, apareció un vórtice tan grande como el agujero negro de D-Specter, el cual gritó y desapareció tras él. Acto seguido su agujero negro también se introdujo y, cuando lo hizo, hubo una explosión, seguida por una gran onda de energía que se sintió como una ola en el mar arrastrando cualquier cosa. Tanto los Skylanders como la nave espacial fueron arrastrados por aquella onda cósmica.

Skylanders Academy, Entre el sol y la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora