DxD System: No te metas en mi camino

Vida N°1: No quiero problemas

En una tarde, otro día normal y corriente. El sol iluminaba el cielo con su resplandor dorado mientras el tiempo pasa. Las calles estaban llenas de actividad, con personas caminando apresuradas en todas direcciones. El cálido viento de verano acariciaba suavemente los rostros de los transeúntes, llevando consigo el aroma fresco de las flores en plena floración.

En un parque cercano, los niños reían y jugaban, disfrutando de su libertad y despreocupación. Los pájaros cantaban melodías alegres desde los árboles, creando una sinfonía natural que llenaba el ambiente.

Mientras tanto, en los cafés y restaurantes, las mesas estaban ocupadas por personas que compartían conversaciones animadas y risas contagiosas. El murmullo de las voces se mezclaba con el suave tintineo de las tazas y los platos, creando una atmósfera acogedora y vibrante.

En ese día normal y corriente, la vida parecía seguir su curso sin contratiempos. Sin embargo, en lo más profundo de cada persona, había historias y emociones que no siempre eran evidentes a simple vista. Cada individuo llevaba consigo sus propios sueños, anhelos y preocupaciones, formando parte de la compleja tela de la existencia humana. Cada persona tiene su propia historia.

Y por eso nos enfocaremos en un específico lugar.

Una academia, llamada Kuoh.

La academia Kuoh se encontraba en medio de un bosque, rodeada de árboles y esas cosas... Sus amplios terrenos estaban meticulosamente cuidados, con extensos jardines y caminos bien pavimentados.

Al acercarse a la entrada principal, se podía apreciar el imponente edificio principal de la academia. Con su estilo arquitectónico elegante y majestuoso, combinaba elementos clásicos y contemporáneos, creando una estética única. Las columnas blancas flanqueaban la entrada, y el emblema de la academia estaba grabado en la puerta principal, simbolizando la tradición y el orgullo de la institución.

Dentro de la academia Kuoh, los pasillos estaban llenos de vida y energía. Estudiantes de todas las edades y procedencias caminaban de un lado a otro, cargando libros y conversando entre ellos. Los murales coloridos y las exposiciones artísticas adornaban las paredes, mostrando el talento y la creatividad de los estudiantes.

Las aulas eran espaciosas y bien equipadas, con modernos escritorios y pizarras interactivas. Los profesores impartían sus lecciones con pasión y dedicación, fomentando un ambiente de aprendizaje estimulante y enriquecedor. En los laboratorios de ciencias, los alumnos realizaban experimentos emocionantes, mientras que en el gimnasio, los equipos deportivos se preparaban para las competencias y entrenamientos.

Fuera de las instalaciones académicas, la academia Kuoh también contaba con áreas recreativas. Un extenso campo deportivo albergaba canchas de fútbol, baloncesto y tenis, donde los estudiantes se reunían para practicar sus habilidades y disfrutar del deporte. Además, había una biblioteca bien surtida, donde los estudiantes podían sumergirse en un mundo de conocimiento y aventuras a través de las páginas de los libros.

La academia Kuoh no solo se destacaba por su excelencia académica, sino también por su enfoque en la formación integral de los estudiantes. Promovía valores como la amistad, el respeto y la superación personal. Era un lugar donde los jóvenes podían crecer y descubrir su potencial, preparándose para enfrentar los desafíos del mundo exterior.

En la academia Kuoh, cada día era una oportunidad para aprender, crecer y crear recuerdos inolvidables. Era un lugar donde la diversidad y la pasión se entrelazaban, formando una comunidad vibrante y dinámica que dejaba una marca perdurable en la vida de quienes pasaban por sus aulas y pasillos.

Cierto, otro dato... Anteriormente la escuela privada era solo para las chicas. Y actualmente es mixta, la mayoría son chicas, pero no indicaba que no había hombres. Ya sabiendo de esto, me imagino ya saben a que quiero llegar.