Heme aquí nerviosa y un tanto emocionada, sentada en una fría banca de tono pálido y algo oxidada. El sol está a punto de ponerse y el clima es algo fresco pero aun así es caluroso, oigo el cantar de algunas pocas aves que se dirigen a sus nidos antes de que el sol se oculte. Miro incesante en todas direcciones con la esperanza de verlo llegar.
¿Cuanto tiempo ha pasado desde la ultima vez que lo vi? ¿Dos o tres años? quizá mas o quizá menos. Mi respiración de acelera cada segundo, al igual que mis latidos. ¿Y si no llega? Me pregunto mientras una leve sensación de pánico me recorre, ¿lo habrá olvidado? No lo creo. De pronto, una silueta humana a lo lejos interrumpe mis pensamientos. Es él. No podía verle la cara aun, sin embargo la forma de su cuerpo, su andar tan peculiar y su cabello eran inconfundibles.
Conforme va avanzando hacia mí puedo reconocerlo cada vez más. Su rostro es exactamente igual a como lo recordaba, las mismas facciones toscas que, en conjunto, lo hacen lucir atractivo. Su cabello un tanto ondulado y no muy largo de un tono negro profundo. Su figura, mas alto que yo, delgado y... Sólo logro distinguir que sus labios se mueven, más no logró distinguir palabra alguna. Me siento como una tonta mirándolo de esa forma y sin prestarle atención... Aun recuerdo cuando lo conocí en la escuela, la primera vez que le hablé, lo consideraba un buen amigo, no uno de los mejores, sin embargo uno muy bueno y tenerlo de nuevo frente a mí me alegra demasiado.
Se inclina hacia mi y me toma de la mano para ayudarme a ponerme de pie y saludarlo. Su piel, con una textura tan reconfortante y su mano que toma tan delicadamente a la mía.
Posteriormente me saluda con un beso en la mejilla; por mi piel corre una sensación de adrenalina que me pone todo el cuerpo helado y un seguida provoca que me arda en un intenso calor. Sigo mirándolo a los ojos y noto que algo en él ha cambiado, ya no tiene la tierna y amigable mirada de hace tiempo, si no que ahora tiene una mirada más firme e inexpresiva pero que, de alguna manera incomprensible, me hace sentir que es el mismo de siempre.
- Daniela - pronuncia él como saboreando cada sílaba, cada letra con una voz un poco mas gruesa de la que recordaba. Se me eriza la piel ante el nerviosismo que el nuevo él provoca en mi y trato de fingir que me encuentro en perfecto estado. Desafortunadamente me pierdo en mi mente intentando entender si su comportamiento es un chiste o realmente es ahora así de serio.
No me concentro bien y es solo que lo he extrañado tanto que me paree sorprendente estar viéndolo frente a mi, trato de recobrar la compostura y le respondo con la voz más pacífica que pude.
- Hola Evan - digo y él esboza una sonrisa.
- Qué bien te ves - dice haciéndome perder el aliento, a cualquier mujer le gustan los cumplidos.
- Lo mismo digo de ti - no sé sí esa era la respuesta que esperaba sin embargo considero que es un mérito el hecho de que acabo de responderle algo coherente.
Su presencia me pone nerviosa al mismo tiempo que me hace sentir segura. Al no poder concentrarme en nada me pongo a examinar su vestimenta. Trae puestos unos jeans oscuros y una playera gris de manga larga con las iniciales HCO de color rojo en la parte del pecho ademas de un par de tenis color negro que combinaban con la chaqueta que trae colgando del brazo. Por primera vez me siento a la altura, visto una blusa color salmón con un short negro y un cinturón trenzado que hace juego con mis falta. Como de costumbre llevo mi cabello agarrado en una trenza que cae por mi lado derecho.
Me encuentro de pie frente a el y puedo notar que me lleva unos 20 cm de altura, así que tengo que verlo mirando hacia arriba. Parecía que hubieran pasado años desde la última vez y así era.
- ¿Cómo has estado? - pregunta interrumpiendo el silencia sepulcral que nos había envuelto a causa de mi distracción.
- Bien, gracias. ¿Tú qué tal? - respondo segura de mí misma.
- De maravilla, me alegro que hayas estado bien... - hace una pausa y pone un gesto pensativo antes de continuar - ¿te parece si mejor nos vamos a algún restaurante o por un café? Detesto los parques - asiento y con una sonrisa nos dirigimos a Vitore. Luego de habernos visto después de mucho tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Daniela y Evan
Teen FictionDespués de la partida de él, su amistad y lo que alguna vez sintieron debe quedar en el pasado. Pero cuando Evan decide volver para visitarla con un fin poco común tendrán que tomar decisiones que ponen en juego sus sentimientos y el rumbo estable q...