Al llegar al lugar nos sentamos en una de las mesas del exterior puesto que, aunque esta oscureciendo, el calor sigue presente. No puedo apartar la vista de él, debo admitir el hecho de que me parece atractivo, cosa que durante un tiempo no fue así. Me abre la silla para sentarme y, después de casi resbalar por estar pensando en no hacer el ridículo, él toma asiento, no sin antes soltar una leve risita debido a mi torpeza.
- No has cambiado en absoluto - dice mirándome a los ojos. No se sí eso era bueno o malo, quiero decir, tal vez está decepcionado... - me gusta - Bueno.
- Oh, gracias. Tú has cambiado un poco - hace una mueca y digo rápidamente - Pero me gusta el cambio.
- ¿En qué te parezco distinto? - para mi suerte, su voz no sonaba enojada o molesta sino como... Divertida. le había causado gracia mi respuesta. Sin ni siquiera pensarlo le respondo.
- No lo sé exactamente - comienzo - sigues siendo tú, claro está; son tus mismos ojos, mas no tu misma mirada; es tu misma boca, pero no tu misma sonrisa. Unos cuantos rasgos de tu cara son los que han cambiado pero los gestos que haces con ella son otros... - hago una pausa sin mirarlo. Para ser buena hablando en público soy pésima hablando con él, tanto que agacho la mirada. Su rostro no parece serio, pero tampoco divertido. Pienso que he dicho algo malo y continuo con mi respuesta - pero es eso lo que...
- ¿Están listos para ordenar? - me interrumpe la mesera, lo que me causa molestia. Pero lo que me molesta aun más es la forma en la que se queda viendo a Evan. Pareciera que se lo come con la mirada.
Ella es linda, delgada, rubia y lacia, lleva una cólera y la pluma clavada en ésta. Toma su libreta, saca la pluma de su cabello y se prepara para escribir. ¡Dios! No entiendo cómo es posible que no le quite los ojos de encima a Evan. Solo espero que se apuré a tomar la orden y desaparezca cuanto an...
- ¿Y tú? - me pregunta Evan. No entiendo a qué se refiere por haber estado pensando en la chica que los atiende.
- Disculpa, ¿qué dijiste? - respondo algo nerviosa. Siento que le ha desagradado el hecho de que no le estaba prestando atención.
- Ella te preguntó qué ordenarías y al ignorarla tuve que preguntarte yo, cosa que, al parecer, no tuvo un mejor resultado - Dice sin siquiera corresponder a las acosadoras miradas de la joven. "¡Ja!" Pienso, él la había ignorado, pero ¿por qué eso me parece bueno? No puedo permitirme pensar así. Él es solamente un amigo y eso lo sé muy bien, por lo que me limito a responder.
- Un té chai, por favor - Escribe y se da la vuelta. No sin antes dirigirle una coqueta sonrisa a mi acompañante que él ignora por completo.
- ¿En qué pensabas? - me pregunta él.
- ¿Cuándo? - respondo tratando de evadir un poco su pregunta.
- Pues no sé por donde empezar - dice - en el parque cuando te q callada y distraída, cuando casi te caes al llegar aquí, cuando la mesera intentó tomar tu orden, por ejemplo.
Bien, aquí es cuando comienzo a idear una respuesta que no sea "pensaba que me pareces atractivo, a diferencia de antes (cuando decidimos ser solo amigos), que quizá yo parezca una tonta por quedarme mirando al infinito mientras tu me hablas. Ah y en maneras de torturar a la señorita por cómo te comía con su mirada". Pero lamentablemente mi creatividad en este momento se encuentra bloqueada.
- En demasiadas cosas - respondo mientras me muerdo el labio, es posiblemente la respuesta más estúpida que he dado.
- Me imagino pero, ¿cómo cuales "cosas"? - responde con una ligera sonrisa sonrisa en su rostro.
- Te seré sincera...
- Bueno, entonces selo - dice interrumpiéndome y pongo los ojos en blanco mientras contesto.

ESTÁS LEYENDO
Daniela y Evan
Teen FictionDespués de la partida de él, su amistad y lo que alguna vez sintieron debe quedar en el pasado. Pero cuando Evan decide volver para visitarla con un fin poco común tendrán que tomar decisiones que ponen en juego sus sentimientos y el rumbo estable q...