Prólogo

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Hace unos años...

La boda estaba por suceder en unos minutos, el tan anhelado y ansiado día. O bueno... al menos para uno.

En una habitación se encontraba él novio y sus damas de honor terminando de arreglarse.

-¡Yo voy por él novio!- exclamó feliz la rubia levantándose de su lugar.

-¿Harías eso por mí?- preguntó con una ternura falsa él rubio. Pasando desapercibido por la chica.

-¡Claro que si! ¡Todo por mi ya casi cuñis!- celebro saliendo de la habitación feliz.

-¡Por el amor de dios! ¡Que fastidio!- reprochó uno de sus amigos cuando esta ya no se encontraba con ellos en la habitación.

-Lo sé, tendré que hablar con Louis acerca de poner límites con sus hermanas- dijo rodando los ojos.

-¿Al final sí te casaras?- preguntó otra de sus amigas.

-¿Qué pasa con el hermoso de John?- preguntó su amigo.

-Le dije que si me quería para él tendría que hablar ahora o callar para siempre; Me dijo que él era un alma libre, él no se casa- se encogió de hombros él rubio -Supongo que me tendré que casar con Tomlinson, además es de familia acomodada y será un cardiólogo- sonrío con maldad.

-¿Al menos te dió tu despedida de soltero John?- preguntó una de sus amigas.

-¡Dios! ¡Eres una pervertida!- reclamó una peli negra y todos comenzaron a reír.

-Si, se podría decir que si- les dijo él rubio con una sonrisa coqueta -Pero hasta ahí queda todo, tendré que casarme con Louis y su enorme pepino de cara- se burló. Riéndose todos en aquella sala.

Louis no podía contener sus lágrimas... Claro que escucho todo, una y cada maldita palabra que salía de la boca del que iba a ser su futuro esposo.

Pero no iba a entrar a hacer un escándalo a Vicel con sus amigos dentro, ni reprocharle él que le fue infiel o que insultara su enorme y horrenda nariz.

¡Por supuesto que no!

Tomó lo poco de su dignidad, y se fue... dejando aquel lugar dónde creyó que sería el mejor de su vida.

Estaba por ahogar sus penas en alcohol y tal vez desacérese de ese anillo y venderlo para recuperar un poco de su dinero.

Pero en eso una chica con un hermoso cuerpo ingreso al lugar, ganándose piropos de todos aquellos hombres y mujeres del lugar.

Aquella rodó los ojos y se fue a la barra, sin percatarse que su bolsa había caído.

-Oye tu bolsa-

-¡Podrías callarte tan solo 10 segundos!- le pide exasperada la chica.

Louis rueda los ojos y se agacha para recoger el bolso -Solo quería decir que se te había caído el bolso- le dice poniendo aquel accesorio sobre la barra.

-Lo lamento- se disculpa arrepentida por su trato al castaño, fijándose de aquella sortija que estaba en su dedo anular -Apuesto... a que no conociste a tu pareja en un baresucho como este- dijo tratando de parecer casual.

-En la escuela... en la cafetería- le respondió con un suspiró al final.

-¿Cuánto... llevas casado?- le preguntó coqueta.

Y el castaño podría jurar que le diría la verdad, que su futuro esposo le fue infiel y no se casaron, estaba a nada de hacerlo.

Pero... no podía quedar como un patético frente a alguien tan hermosa.

-Seis años- le respondió con simpleza.

-¿Y dónde esta ahora?- preguntó jugando con un mechón de cabello entre sus dedos.

-Deje de preguntarme eso hace mucho tiempo....

-Eso es horrible- se queja la chica.

-Él dice que trabajo mucho y que no prestó atención suficiente por querer mantener su adicción a las compras- le explica como si fuera algo que viviera en su día a día.

Cuando en realidad vive en un departamento pequeño con un gato que a veces llega a molestar por comida.

-¿Por qué no lo dejas?- preguntó algo apenada.

-Los niños...- responde con pésame.

-¿Cuántos niños tienen?

-Seis- le responde con un suspiro, sin pasar de largo la cara de sorpresa de la chica -Es que me enamoré completamente de adoptar a pequeños- habló con una falsa ensoñación, cosa que no se percato la chica.

-Pobre...- le dice con un falso pésame-¿No... quieres ir algún otro lado?- le preguntó coqueta jugando con su sortija de forma burlona.

Este solo le sonrió y ambos se fueron de aquel bar. Y con eso... descubrió el poder que aquel anillo le traía.

Convirtiéndose en un vició.... convirtiéndose en varias personas a la vez.

Lo único real en su historia era que ya no había estudiado cardiología, se hizo cirujano plástico y se quitó aquella horrenda nariz teniendo una normal y proporcional a su rostro. De ahí en fuera todo era falso.

"Yo supuse que después de casarnos dejaría la prostitución... pero"

"Cindy, fue una noche hermosa... gracias por no golpearme como acostumbra mi esposa"

"Yo sé que él cree que no sé sobre sus aventuras... pero no me atrevo a confrontarlo, no por nuestro pequeño"

"Falleció hace ya 4 años, era una muy buena esposa"

Si bueno, era increíble inventándose historias de matrimonios fallidos.

Y lo que alguna vez había sido su símbolo de humillación ahora era su amuleto de la suerte.

Él sabía que lo que hacía estaba mal, algunas veces pensaba en arrojar aquella sortija al mar y dejar todo atrás, pero no podía.

No podía porque sabía que tener un matrimonio falso era asegurar que no le romperían nuevamente el corazón.





─── ∙ ~εïз~ ∙ ───

espero les haya gustado! besos.

xoxo.

Un Esposo de Mentiras || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora