En ese momento, sonó el teléfono y tía Petunia fue a atender, mientras Harriet y el tío Vernon contemplaban a Dudley desenvolver la bicicleta de carrera, la cámara de video, un avión de control remoto, dieciséis juegos nuevos para la computadora y una reproductora del video. Estaba rompiendo el envoltorio de un reloj de pulsera de oro Cuando tía petunia regresó de hablar por teléfono, enojada y preocupada a la vez.
-Malas noticias, Vernon -dijo-. La señora Figg se fracturó la pierna. No puede cuidarlo. -torció la cabeza en dirección a Harriet.
La boca de Dudley se abrió con horror, pero el corazón de Harriet dio un salto. Cada año, en el cumpleaños de Dudley, sus padres lo llevaban con un amigo a pasar el día, a un parque de diversiones, a comer hamburguesas o al cine. Cada año, Harriet se quedaba con la señora Figg, una anciana loca que vivía dos cuadras. Harriet detestaba ir allí. Toda la casa olía a repollo y la señora Figg le hacía mirar las fotos de todos los gatos que había tenido.
-¿Y ahora que hacemos? - preguntó tía petunia, mirando furiosa a Harriet como si ella lo hubiera planeado todo.
Harriet sabía que debía sentir pena por la pierna de la señora Figg, pero no era fácil Cuando recordaba que pasaría un año antes de tener que ver otra vez a Tibbles, Snowy, al señor Paws y a Tufty.
-Podemos llamar a Marge - sugirió tío Vernon.
- No seas tonto, Vernon; ella odia a la chica.
Los Dursley hablaban a menudo sobre Harriet de esa manera, Como si no estuviera allí, o más bien como si pensaran que ella era muy tonta como para entenderlos, algo así como un gusano.
-¿Y qué me dices de... Cómo es su nombre, tu amiga, Yvonne?
-De vacaciones en Mallorca - respondió enojada tía Petunia.
-Pueden dejarme aquí - sugirió esperanzada Harriet. Podría mirar lo que quisiera por televisión, para variar, y tal vez incluso hasta usar la computadora de Dudley.
Tía petunia Lo miró como si estuviera tragado un limón.
-¿Y regresar y encontrar la casa en ruinas? -rezongó.
¡No va a quemar la casa! -dijo James, Harriet y Remus sonrieron, por la coincidencia.
Remus siguió leyendo.
-No voy a quemar la casa -dijo Harriet, pero no la escucharon.
James y Lily sonrieron.
-Supongo que podemos llevarla al zoológico... -dijo en vos baja tía Petunia. - y dejarlo en el coche...
- este coche es nuevo, ella no se va a quedar allí sola...
Dudley comenzó a llorar a gritos. En realidad no lloraba, hacía años que no lloraba de verdad, Pero sabía que si torcía la cara y gritaba, a su madre le daba cualquier cosa que quisiera.
Que malcriado -dijo una Ravenclaw.
-¡Pequeñito Dudley, no llores, mami no dejará que el te arruine tu día especial! -gritó, abrazándolo.
-¡Yo... no... quiero... que... ella venga! -aulló Dudley entre fingidos sollozos-. ¡Siempre arruina todo! -lanzó una mueca burlona para Harriet de entre los brazos de su madre .
Justo entonces, sonó el timbre de la puerta.
-Oh, Dios, ya están aquí! -dijo enloquecida tía Petunia, y un momento más tarde, el mejor amigo de Dudley, Piers Polkiss, entró con su madre.
Piers era un chico flacucho con cara de rata.
Remus no pudo seguir leyendo, porque Sirius y James se empezaron a reír tanto, tanto que se estaban quedan sin aire
James Potter y Sirius Black, la cortan ya -Dijo la mamá del primero, los dos se pusieron enseguida serios mientras decían.
Si mamá/si mamá mía -. Dijeron James y Sirius al mismo tiempo.
Era el que habitualmente sujetaba los brazos de los chicos detrás de la espalda, mientras Dudley les pegaba. Dudley suspendió su fingido llanto de inmediato.
Media hora más tarde, Harriet, quien no podía creer su suerte, estaba sentada en la parte de atrás del coche de los Dursley, junto con Piers y Dudley, camino al zoológico por primera vez en su vida.
James y Lily se sentían muy mal, pues no podían estar con su hija, James no le podría enseñar a volar en escoba y Lily... Lily pensaba en todo lo que se perdió, ella y James iban a cambiar las cosas no iban a permitir estar lejos de su hija ni un segundo, y van a encontrar la manera de derrotar a Voldemort con tal de que su hija fuera feliz.
Vamos a cambiar eso hermosa -dijo James muy confiado, mientras Lily y los merodeadores asienten, Harriet solo pudo sonreír melancólica.
Gracias -dice Harriet.
Sus tíos no habían podido pensar en otra cosa para ella, pero antes de salir, tío Vernon llevó aparte a Harriet.
-Te lo advierto -dijo, acercando su rostro grande y colorado al de Harriet-. Te estoy avisando ahora, muchacho, cualquier cosa rara, lo que sea y te quedaras en el armario desde ahora hasta Navidad.
-No voy a hacer nada -prometió Harriet-, de verdad...
Mal, eso no lo tendrías que haber dicho-dijo Ron, mientras fingía estar decepcionado, Herms solo reía por lo bajo
Ja Ja Ja -decía Harriet sarcásticamente.
A que se refieren -dijo Sirius con curiosidad.
Ya van a ver -dijo Draco.
Pero tío Vernon no le creía. Ninguno lo hacía.
El problema era que a menudo ocurrían cosas extrañas alrededor de Harriet y no servía de nada decirles a los Dursley que ella no las causaba.
Por Merlín, Petunia, tu sabias que era magia accidental, me viste a mi hacer magia accidental , no podes ser tan perra con mi hija, ella jamás te hizo algo, para que la trates así -dijo Lily furiosa mientras trataba de acercarse -. James sueltame o no voy a medir el hechizo que te lanzaré -.
Hermosa te quiero, pero nuestra hija me dijo que te agarre -decía James con miedo de que lo hechizara.
Mami, no los puede lastimar, al menos no todavía -decía Harriet sonriendo.
Bien. Ya podes soltarme James -dijo Lily, mientras James relajaba sus brazos.
Es mejor seguir con la lectura -dijo McGonagall.
En una oportunidad, tía petunia, cansada de que Harriet volviera de la peluquería como si no hubiera ido, tomó un par de tijeras de la cocina y le cortó el pelo tan corto que casi la dejó casi pelada, excepto por el flequillo, que le dejó 'para ocultar esa horrible cicatriz'. Dudley se rió como un tonto, burlándose de Harriet, quién pasó la noche sin dormir, imaginando el colegio al día siguiente, donde ya se burlaban por su ropa abolsada y sus anteojos remendados. Sin embargo a la mañana siguiente, descubrió al levantarse que su pelo estaba Exactamente igual que antes de que su tía lo cortara. La pusieron en penitencia en el armario durante una semana, Aunque intentó decirles que no podía explicar cómo había crecido tan rápido su pelo.
Otra vez, tía petunia había tratado de meterlo dentro de un asqueroso suéter viejo de Dudley (marrón con manchas anaranjadas). Mientras más intentaba pasárselo por la cabeza, más pequeña se volvía la prenda; hasta que finalmente le habría quedado como un guante a una muñeca, pero no a Harriet. Tía Petunia creyó que debía haberse encogido al lavarlo y, para su gran alivio, Harriet no fue castigada.

ESTÁS LEYENDO
Harriet Potter
FanfictionHarriet tenía el giratiempo de hermione en sus manos, ella quería ver a sus padres y cambiar la historia de la niña que vivió. Ella modifico el giratiempo para poder viajar más allá de unas cuantas horas y con sus recuerdos y pensamientos creo vario...