Jungkook termina con Taehyung porque quiere vivir y tener nuevas experiencias con otras personas. Se siente muy bien, muchas fiestas, mucho sexo y diferentes experiencias, pero... ¿Por qué le molesta cuando Taehyung también adopta ese estilo de vida...
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La estruendosa risa del padre de TaeHyung resonaba por toda la casa. Los jóvenes sentados uno al lado del otro al frente suyo se giraban para mirarse por un par de segundos antes de regresar la vista al frente.
— ¿Qué es tan gracioso? — HeeSook, la madre de TaeHyung cuestionaba hacia su esposo con una ceja arriba.
DakHo entonces tosía un par de veces para cortar en seco su risa, aclararse la garganta y entonces hablar.
— Lo lamento — posaba una mano en el pecho mientras tomaba una profunda respiración aún tratando de recomponerse.
TaeHyung lo miraba serio, a su lado, JungKook se sentía más nervioso que nunca.
— ¿Es que es una broma, cierto? — su expresión cambiaba al percibir el nerviosismo en el chico al lado de su hijo, aquel en el que aún le costaba confiar, por mucho que deseara hacerlo de nuevo. — ¿No? — su entrecejo se fruncía en confusión mirando a su esposa que cruzaba lo brazos dejando caer su espalda en el sillón. — ¿No lo es?
— Bueno, cielo... — la mujer los miraba tan suave como siempre. — ¿Exactamente cuál sería el plan?
JungKook pasaba el nudo de nervios en su garganta al sentir todos los ojos sobre él.
— Ah... Ustedes recuerdan la villa de mi abuela en la playa — los mayores asentían. — Bueno, al igual que la última vez TaeHyung nos acompañó a mi familia y a mí... — tomaba aire. — Ahora yo quiero invitarlo nuevamente este fin de semana.
— Sí, ¿pero...? — DakHo soltaba esperando escuchar algo diferente a lo antes mencionado.
JungKook hacía una mueca. — Pero sólo él y yo...
DakHo alzaba una ceja al escucharlo. — Lo siento, no creo que suceda — respondía tranquilo, más con seriedad y seguridad, pero estaba por levantarse cuando la mano de su esposa lo retenía obligándolo a sentarse a su lado nuevamente.
— ¿Cuándo? ¿Cómo irían? — HeeSook cuestionaba hacia ambos. — Necesitan explicarnos esas cosas si en verdad quieren conseguir el permiso.
La voz de JungKook titubeaba con emoción al percibir un deje de esperanza. — P-Por supuesto... sí, había pensado que fuéramos en mi coche el viernes después del Instituto y regresar el domingo por la tarde antes de que se haga de noche.
TaeHyung permanecía en silencio, sus ojos miel iban y venían de sus padres hasta el chico a su lado. Comprendía un poco la actitud de su padre, pero aunque él mismo tenía sus propias inseguridades... lo cierto es que después de la propuesta de JungKook sólo deseaba escapar con él a esa villa en la orilla de la playa siempre despejada y dejar que el destino hablara mientras el aire con sabor a sal los envolvía a manos. Toda esa tarde había estado fantaseando con ello, aunque supiera que quizás no todo terminaría como ambos deseaban.
