Eso ultimo dejo pensativo al pilar, no comprendía las últimas palabras de su maestro.
-Disculpe Urokodaki-san, pe...pero a que refiere con arriesgar mi vida para poder hacerme más fuerte. –
Hubo un silencio en la habitación nuevamente.
-Ven Giyu toma asiento. – El hashira hizo caso a las indicaciones de su maestro. -Quédate aquí un momento, traeré un poco de té. –
Unos momentos después el expilar del agua regreso con una bandeja con té y dos vasos.
-Bien Urokodaki podría decirme de que se trata todo lo que me dijo?, como es eso de otra técnica de respiración y que tengo que poner mi vida en juego para usarla. – El anciano no dijo nada por unos segundos.
-Veras Giyu, hubo un tiempo donde nuestras fuerzas no eran suficientes para tratar con los demonios, y eso nos llevó a buscar otras soluciones, fue allí cuando nos encontramos con una planta algo curiosa, era como un lirio, de un color negro, pero al ser expuesto a sangre de demonio, tomaba una tonalidad rojiza sin perder el negro, fue algo curioso, y el Oyakata-sama de esa época decidido hacer algunos experimentos, pero un dia el tomo una extraña decisión. -Hizo una pausa para que su alumno digiriera todo lo anterior y beber un poco de té. -Propuso que alguien ingiriera aquella flor por un cazador inexperto y un pilar, para sorpresa de todos el cazador que lo hizo murió de una falla en el corazón, pero el pilar logro ingerirla sin ningún problema, de hecho presento una mejora exponencial en sus capacidades, fuerza, velocidad, todas esas características además de poder realizar una nueva respiración, la respiración de la sangre, pero allí empezó lo peor, por un hambre de poder, el patrón de ese entonces mando a más cazadores a ingerir aquella flor, pero la mayoría murió, mientras que los pilares algunos estuvieron hospitalizados por problemas cerebrales o cardiacos, eso puso fin a la idea de seguir con el proyecto, pero eso no acabo allí, una vez el primer pilar que comió aquella planta murió, intentaron dársela a otro, y también logro asimilar perfectamente la flor, pero ya que el patrón ordeno anteriormente que se usase esa planta en muchos cazadores, fue casi imposible encontrarla otra vez, para cuando el patrón murió y otro tomo su puesto prohibió totalmente su uso diciendo que solo uno de los cazadores tenga dicha habilidad la comería, no se sabe el porqué, pero dicen que el creía que tenía mucha relación con los demonios. – Hizo una pusa, bebió su té y continuo. -Aquí inicia la historia de mi maestro, el controlaba esa respiración, era asombroso verlo pelear, pero un dia se le encontró tirado en medio del bosque, había fallecido por un fallo en el corazón, algo extraño ya que aunque tenía 58 años él no tenía ningún problema cardiaco anteriormente, en su testamento estaba la casa donde los entrene y también acceso al sótano. –
-Espere Urokodaki-san, teníamos un sótano? –
-Si pero nunca se los dije por lo que había allí, cuando yo entre por primera vez, ante mis ojos, vi dos flores tal y como él me las había descrito, así como dos frascos con sangre de demonio, decidí ingerir la flor, pero me rechazo, no recuerdo bien pero creo que me desmaye apenas la ingerí y aparecí en la finca mariposa, según me dijeron yo llegue tambaleándome y caí inconsciente en la puerta pero no recuerdo haberlo hecho, así que decidí guardar la otra, y esperar a un buen candidato. – Él puso su mano en el hombro de su alumno. -Estoy seguro que tu podrás con eso Giyu, eres fuerte tal vez te acepte a ti. –
-N...no lo sé Urokodaki-san, creo que hay mejores opciones entre los demás pilares que en mí. –
-Giyu sabes en que se parecían todos los que asimilaron correctamente esa flor?, todos ellos eran excelentes al realizar la respiración del agua, y tu hasta creaste una nueva postura, es obvio que tu si podrás asimilarla. –
El veía con desconfianza a su maestro.
-Está bien, lo hare, pero si no logro asimilarla usted cree que yo muera. –
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EL PLACER DE LO PROHIBIDO
FanfictionNo soy muy bueno en esto de las descripciones solo lean :3 Todos los personajes e imágenes utilizados no son de mi pertenencia, es de sus respectivos creadores