Después de una hora de viaje que fue una tortura... Bueno, la verdad no lo fue, pero el tonto me saco de mi confort varias veces, ya hemos llegado a la ciudad.
Bajé lo más rápido que pude hasta llegar a dónde Will.
- Hola, llegas con veinte minutos de retraso, eso debió volverte loca.
- Un poco, un tarado malcriado haciendo un escándalo por un puesto, nada serio.
- Lista.
- Podrías decirme ¿Qué hago aquí? Armando solo me dijo que fuera amable y pensara antes de hablar.
- Reasonable.
- Will, ¿a quién vamos a ver?
- Ya lo verás, pero primero vamos al hotel para que te aliste y después a la reunión.
- Tengo la impresión de que esto no me va a gustar.
- Tal vez, pero saldremos rápido si haces lo que se te dice.
Me quedo parada en la mitad del pasillo y lo observó — razonar antes de hablar, ser amable, aunque no quiera y hacer lo que se me diga. Son tres de las cosas que no me gusta hacer, esto definitivamente no es bueno.
Llegamos al hotel, me dan mi habitación y vamos al lobby mientras Will va diciéndome que hacer, es cuando caigo en cuenta que se trata del señor Gómez.
- ¿Ya te grabaste lo que debes decir?
- Sabes que no voy a hacer nada de esto —hace una expresión de derrota — no voy a dar mi brazo a torcer, cuando lo que dice es mentira.
- Charlotte, vamos a llegar a un acuerdo, el hombre cedió, solo discúlpate.
- No lo voy a hacer, por qué no cometí ningún error, que se disculpe él.
Me levanto para irme del lugar mientras Will me llama, ve que engañarme para disculparme con ese asesino de la moda, tan superficial.
- ¡Aah! — lo que me faltaba.
Me tropiezo con unos carteles y termino envuelta en ellos, mientras más trato de zafarme más enredada estoy.
- ¿Qué hace? — me pregunta una chica ¿Qué pregunta?
- Estoy jugando, ¿no ve?
- Señorita, no puede estar aquí.
- ¿En serio? Es que yo quiero estar aquí por qué me gusta, me queda tan lindo el vestido de la papelería — le digo con sarcasmo mientras trato de quitarme los carteles — ¡Ah!
- Linda Ropa.
Escucho esa voz tan particular que se está haciendo costumbre a mi lado, no puede ser, el tonto malcriado.
- Tú si sabes llamar la atención.
- Ya ves, soy una chica que no pasa desapercibida.
- Parece que necesitas ayuda — lo veo de mala forma — solo debes pedirla.
- Puedo sola — intento soltarme y termino cayendo al piso — ¡Aaaa!.
Esto no puede ser, que vergüenza, esto solo me pasa a mí y al pato Donald's.
Lo veo arrodillado a mi lado mientras ve mi desastre.
- ¿Seguro, no necesitas ayuda? — lo miro molesta — ¿O solo te gusta que te levanté del piso cada vez que te veo?
- ¿Tu trabajo es hacer preguntas estúpidas cuando me ves?
- Recuerda que soy un tonto — me guiña un ojo — adiós, odiosita.
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Bajo la lluvia de estrellas.
Lãng mạnTodo lo que tengo lo he conseguido por mis propios méritos, he llegado a dónde estoy por mi esfuerzo, mi decisión y como la mayoría dice, mi pésimo carácter. Odiosa, soberbia, seria con el defecto o la virtud de decir las cosas como la pienso y sin...