3. Cambios extraños, ellas

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Estoy bien así,
gracias

Ya no eran unas niñas pequeñas, pero seguían teniendo alma de unas. Tampoco eran tan grandes, a penas habían llegado a la pubertad.

Fue muy diferente para todos.

En el caso de las niñas, fue muy sencillo imaginar que Tasha era la que maduraría primero. Comenzó a tener cada vez más interés en el maquillaje, faldas y tacones. E incluso le confesó a Uniqua que un chico de su salón le gustaba.

- ¡¿Qué?! - exclamó sorprendida Uniqua - ¿Ya nos gustan los niños? ¿Eso no era hasta dentro de 30 años? -

- Pues a mí ahora sí... - se encogió de hombros - es extraño, pero no puedo dejar de pensar en él y en su sonrisa... -

- ew, que cursi - hizo un gesto de asco

- A ti también te gustará un chico, Uniqua. Solo espera y verás -

- Ugh... no lo creo, es como si quisieramos besar a nuestros amigos. ¡Es muy raro! -

- Sí, pero una cosa son Pablo, Tyrone y Austin, y otra son los chicos chicos, los chicos de verdad. Como el actor guapo de aquella película de vampiros - cerró los ojos y entrelazó sus brazos.

Tasha a pesar de que no lo quisiera admitir, siempre fue tratada como una niña gordita y durante toda su vida obtuvo apodos por ello, más aún, ya que tenía que usar frenos.

Como a la niña rosa le gustaba compartir con su amiga se dejaba influenciar de sus ocurrencias. Tanto que Tasha se convirtió en la razón de que tenga, en palabras de la misma Uniqua, tanta ropa cursi y zapatillas en su armario. Pero el estilo de la preadolescente era simple... y rosa.

Tasha había crecido como una niña consentida que siempre obtiene lo que quiere.

Uniqua por otro lado el crecer la llenó de inseguridades. No tanto por cómo se desarrollaba su cuerpo a diferencia de su amiga, sino porque al crecer se dio cuenta de lo diferente que era de sus amigos y compañeros del colegio.

Uniqua tenía vitíligo, eso causó burlas y preguntas incómodas hacia ella por parte de otros niños. A pesar de ello, trataba de que eso no la desanimara, con el tiempo el carisma de la niña la ayudó a que nadie le diera importancia a ello.

Aunque, por alguna razón le costaba un poco más hablarle a los varones.

Unos cuantos meses después, las niñas se habían inscrito a clases interactivas de danza como evento extraescolar, así que casi todos los días Uniqua iba a la casa de Tasha a practicar y platicar.

Para Uniqua era genial poder abrirse con otra niña de su edad a hablar sobre cosas que no hablaría con los demás. Cosas que de estar sola, solo la incomodarían.

Tasha en aquellas clases de danza, notó como un niño miraba mucho a Uniqua, pero no quiso hacer ningún comentario.

- ¿A ti no te gusta nadie, Uniqua? - preguntó Tasha mientras estiraban

La pelirrosa se sorprendió y casi pierde el equilibrio, lo que provocó risas en la rubia.

- Uhh... no -

- ¡Puedes contarme! -

- Es la verdad, Tasha -

- ¡Oh, por todos los cielos! He visto cómo te miran algunos niños de tus clases -

- Tal vez porque nunca han visto a nadie con mi cara -

- Tal vez porque piensan que eres bonita -

A Uniqua le costaba pensar eso, no se consideraba una niña muy bonita ni femenina. Además del tema de su piel, sus ojos eran algo achinados.

- ¿Qué te hace pensar eso? -

- Bueno... - Tasha pensó y además de recordar aquel niño, de inmediato se le vinieron a la mente las miradas de Austin hacia su amiga

[I. R]

Estaban jugando a que Uniqua y Tasha eran princesas cautivas y tenían que huir del castillo custodiado por los guardias Tyrone y Pablo. El papel de Austin en este juego, era ser el espejo mágico de Tasha, quien las ayudaría a salir de allí.

- Tenemos que salir de aquí - dijo Uniqua - hermana, ¿el espejo mágico está preparado? -

- ¡Espejo mágico, listo! - sacó de su bolsillo un pequeño espejo plegable que al abrirlo se escuchaba estática - ¡Espejo, espejo, contesta! - apareció la imagen de Austin

- ¡Aquí espejo, escucho alto y claro princesa! ¡Cambio! - dijo Austin a su radio portátil

- Espejito con voz sincera - comenzó Tasha - ¿Quién es la más bella de esta tierra? ¡Cambio! -

Tasha notó de inmediato cómo la mirada de Austin se desviaba hacia Uniqua, quien estaba analizando el mapa de escape ignorando por completo las preguntas innecesarias de su amiga.

La rubia solo levantó una ceja. Tras el silencio, le llamó la atención carraspeando su garganta.

Austin elevó sus pupilas bajo sus parpados en señal de fastidio.

- Sabes que solo digo la verdad, ¡tú, princesa! ¡Sin dudar! Cambio -

Tasha sonrió satisfecha, pero con inquietud de lo que había sucedido.

- Espejito, espejito, mentirocito... - pensó

[F. R]

- ...mmm... nada, quizás lo imaginé -

Amistad Inquebrantable (+15) | Backyardigans | [ Uniqua x Austin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora