Amistad Inquebrantable (+15) | Backyardigans | [ Uniqua x Austin ]

17. Amistad fracturada - Parte 2

Ella no tiene la culpa

Pablo no quería hacer nada.

No se sentía motivado.

Se sentía triste.

Triste y traicionado.

¿Cómo podían hacerle eso sus amigos? Se supondría que serían amigos para siempre.

El más bajito de sus amigos a sus 16 años de edad, tenía ansiedad por el futuro. En poco tiempo todo cambiaría, de una u otra forma su familia lo iba a obligar a estudiar lejos.

No estaría cerca jamás de sus amigos... no estaría cerca de Uniqua o Tyrone.

Suspiró y se dirigió a la casa vecina, la rosada que no solo estaba al lado de la de él sino también de la de Austin.

¿Por qué de repente pensaba en esos detalles?

Intentó entrar pero para su gran sorpresa, por primera vez en su vida encontraba la puerta trasera de la casa de Uniqua cerrada.

Tendría que ir por el frente.

Tocó el timbre, tardó un poco pero la puerta fue abierta por la madre de Uniqua, ella era un poco más bajita que él a diferencia de su hija que era un poco más alta que él.

- Vaya, Pablo. Que alegría verte - dijo la madre de Uniqua

- También me alegra verla. ¿Cómo se encuentra usted hoy? -

La señora suspiró

- Mejor, mucho mejor. Imagino que vienes a ver a Uniqua - Pablo asintió - ¿Han hablado en este tiempo? - Pablo negó

- Realmente, no sé absolutamente nada si le soy sincero. Vine a ver cómo esta, ¿puedo pasar? -

Sin ningún problema lo dejó entrar, de cierta forma la madre de Uniqua conocía tan bien a Pablo como si fuera su propio hijo, sería muy díficil que desconfiara de él.

Llamó a Uniqua, ella bajó las escaleras un poco animada esperando encontrarse con su amigo pelirrojo. Grata no fue su sorpresa al darse cuenta que no era él.

- ¿Pablo...? - No le iba a a preguntar qué rayos hacía allí - ...Hola -

- Hola, Uniqua... ¿Cómo estás? -

La pelirrosa bajó la mirada, se sentía muy avergonzada, no estaba lista para hablar con Pablo. Suspiró.

- Bien... - sus manos comenzaron a juguetear de los nervios

- ¿Les sirvo algo de jugo? -

- No, no, gracias - Pablo dijo rápidamente al notar los nervios de Uniqua - ¿Le parece si hablo con Uniqua afuera? -

Ella aceptó y Uniqua sin realmente querer accedió. Salieron de casa en un pesado silencio.

Se sentaron en la mesa de madera para picnic que permanecía afuera después de tantos años.

Uniqua permanecía sin levantar la vista

Pablo suspiró

- ¿No puedes ni mirarme a los ojos, eh? -

Uniqua escondió su cabeza entre sus brazos, sintió una pesadez y enorme tristeza en su pecho. Cerró los ojos intentando evitar llorar.

- Lo lamento... -

Pablo meditó unos segundos observando a su amiga. Miró hacia la casa de Austin por unos segundos.

- Está bien -  Uniqua se sorprendió de su respuesta y lo miró por fin a los ojos

¿No pánico, no drama?

- Quería saber si estabas bien, pero veo que no... - Uniqua desvío nuevamente la mirada - veo que yo no fui el único sorprendido -

Silencio

- Uniqua... ¿Por qué? -

- No sé... todo fue tan... repentino y... me dejé llevar... -

Pablo frunció el ceño. Él realmente quería saber el por qué no le había mencionado nada siendo él su mejor amigo, pero por lo visto tampoco le había dicho nada a su propia madre.

¿Es decir que si la besaban era suficiente para que se dejara llevar? Un pensamiento intrusivo pasó por la mente de Pablo, pero de inmediato lo cambió.

- Mi mamá enloqueció y ya no quiere que salga de casa hasta que me gradúe - dijo Uniqua más tranquila, con un semblante de aburrimiento

- Eso sí es excesivo... pasarías tu cumpleaños encerrada - ella asintió - ya se calmará, mira, solo ha pasado un día y ya te dejó salir -

- Pues sí... pero, es por qué quien lo pidió eres tú, Pablo -

- Entiendo - Pablo en el fondo se sintió muy feliz

- Te... te lo tomaste mucho mejor de lo que creí, Pablo - Uniqua sonrió

- Sí, bueno, veo que te arrepentiste así que todo está bien - la sonrisa de Uniqua desapareció - después de lo sucedido no creo que vuelva a ocurrir ¿verdad? -

Uniqua no sabía que decir, ante la mirada de Pablo solo pudo asentir

- Bueno, problema solucionado. Vamos que Tyrone nos está esperando -

Uniqua miró hacia la casa de Austin unos segundos y siguió los pasos de Pablo.

Quizás, acaba de arruinarlo todo.