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—¿Qué hora es?, ¿ya han llegado los demás? —Carol está muy frustrada, no le ha sacado prenda a Violeta de todo lo que se enrolla.

—No, todavía es pronto. Será Sara. —Violeta se levanta como si le hubiera recorrido el cuerpo un rayo—. ¡Ya voy yo! —Parece muy nerviosa. Mucho más que antes.

Carol y Hakim deciden seguirla, un poco por detrás. Hace mucho que no la ven en persona, aunque hablen de vez en cuando por teléfono o mensajería.

—¡Saraaaaaaaaaa! —Escuchan a Violeta gimotear.

—¡Suelta, coño! ¡Me haces daño! ¡No controlas tu tamaño!

Violeta se ha tirado a los brazos de la última chica del grupo. Está lloriqueando por la emoción de verla otra vez. Sara se limita a intentar apartarse y acariciarla con palmaditas torpes. Cuando alza la vista, Carol la saluda con la mano. Ella también se muere de ganas por abrazarla, pero su mejor amiga solo tiene ojos para Hakim.

—¿No era una reunión solo de chicas? —les pregunta con frialdad.

—Sí —contesta Violeta, muy segura de lo que dice.

Hakim levanta el dedo índice y corazón para confirmar que Violeta lo considera dentro del grupo de chicas. Se lo ha ganado, según ella. Como si Hakim no tuviera otro objetivo en su existencia más que ganarse la confianza de las amigas de su novia. Pero su encantador carácter es irresistible y lo consigue sin querer. Es consciente y carga con ello. Qué se le va a hacer. Tendrá que formar parte del consejo de sabias.

—Llegas justo a tiempo para que Violeta desvele por qué hemos quedado nosotras antes —le dice con una sonrisa y usando el femenino genérico aposta.

—¿Qué tal estás? —Violeta ignora las palabras de Hakim. Se ha separado un poco de su amiga, para observarla mejor—. Estás más delgada, ¿comes bien? ¿Has dormido bien después del vuelo? Eran muchas horas, ¿no? —Se tira contra ella—. ¡Qué alegría volver a verte!

—Joder, lo dices como si pensara que no iba a venir. —Sara aguanta lo mejor que puede las efusivas muestras de cariño de Violeta.

—No es que piense que no quieres venir, pero pueden pasar tantas cosas por el medio... Un accidente de avión, alguien te puede secuestrar, alguien te puede robar, puedes no pasar las fronteras, te puedes perder, equivocarte de puerta de embarque... Te puedes enamorar loca y perdidamente de alguien a primera vista y decidir fugarte con ese alguien en vez de venir a vernos... —Violeta alza las cejas cuando dice esto último. Sara la imita—. Porque no te has enamorado loca y perdidamente de alguien que hayas conocido por ahí, ¿no?

—¿No veníamos a hablar de ti? —Sara desvía la pregunta, camuflándola con su tono habitual de fastidio—. Pues vamos a hablar de ti antes de que lleguen los demás, porque como me hayas hecho levantarme antes para que me preguntes esta sarta de gilipolleces, te saco los ojos con una cuchara de té.

—Ay... —Carol cierra los suyos, complacida—. Cuánto te he echado de menos—. Aparta a Violeta de un empujón—. Dame un abrazo, Sarita.

—Ay, sí, sí, muy bien. Hola, hola a ti también. —Aunque intenta parecer molesta, no puede evitar sonreír. Los había echado de menos. A todos. Incluso a Hakim, al que le aprieta la mano aposta para hacerle sentir menos. No porque realmente lo piense, sino porque le encanta molestarlo—. ¿Por qué vas disfrazada de Asuka? —le pregunta a Violeta, después de separarse de Carol.

—Temática de la fiesta —responde la aludida, contenta porque ha identificado la referencia.

—No nos habrás hecho una encerrona y la lista en la que nos has puesto es para alguna fiesta de eventos frikis. —La expresión de Sara se ensombrece.

Yo nunca (extra de EVDLZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora