Uno.

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Hancock :

-¡Eh!, ¡Lo siento!, ¡No era mi intención!-Me dice aquel hombre de cabello negro.

-¡Imbécil!-Escupí enojada.

Rápidamente salgo de la bañera y me cubro el cuerpo con una bata, evitando a toda costa que aquel hombre observe mi espalda, arruinada en el pasado por los hombres.

El hombre trata de irse corriendo, pero lo alcanzó con facilidad y de una patada lo tiro al suelo, lo someto colocando mi rodilla contra su cuello y una navaja al lado de su tráquea.

-¡Espera!, ¡Si me matas entonces Amazon Lily va a caer!-Me dice aquel hombre cuando lo someto contra el suelo.

-¿Por qué debería de escucharte?-Pregunto con superioridad.

Acerco la fría cuchilla a su cuello y lo escucho estremecerse al sentir el metal frío, trata de quitarme de encima y acerco más la cuchilla, un movimiento en falso y la tendría en el cuello.

-¡Fué un accidente, lo prometo!, ¡No quería verte!-Me dice aquel hombre de cabello negro.

-No habrá inconveniente alguno con asesinarte.

-Espera, yo trabajo con el Ejército Revolucionario, si me matas podrías meter a Amazon Lily en problemas.

-Si intentan algo yo misma los despedazaré, incluyendo a Sabo y a Dragon.

-Lo digo por tu bien y el de las chicas más que por el mío, el Ejército Revolucionario puede ayudarte demasiado, sólo escúchame.

Suspiro y me bajo de la espalda del hombre, cierro la puerta y lo obligo a verme a los ojos, me siento esperando a que me diga su propuesta y me diga su nombre.

-Soy Monkey D. Luffy, o Mugiwara No Luffy, encantado de conocerte-Me dice el hombre con una sonrisa y corre a estrecharme la mano.

-Soy Boa Hancock, la emperatriz pirata-Le digo a Mugiwara, algo confundida por su repentina amabilidad.

-¡Un placer conocerte, Boa!, ¡Espero que seamos buenos amigos!

Me sorprendo y siento una sensación extraña en mi estómago y en mi rostro, trato de no pensar en eso y sigo con mi personalidad fría y mi mirada de superioridad.

-Verás, Boa, la marine es corrupta, lo sabes perfectamente-Me dice Mugiwara.

-Sí, pero realmente no es de mi interés interferir, y sé que si me meto en sus asuntos acabaré muerta-Digo secándome el cabello con una toalla.

-Pero no es justo para mucha gente que está siendo despojada de sus hogares o de plano que la marine ya les arruinó la vida.

-Escucha, niño, eso no me afecta. De hecho estar del lado de la marine me beneficia, y demasiado. No pienso hacer ningún trato con el Ejército Revolucionario a menos que me den una mejor oferta.

-Necesitas nuestra protección, nosotros necesitamos tu fuerza y tu autoridad.

-No necesito su protección, tengo a la marine de mi lado.

Me seco el cabello con la toalla pero no se seca por completo. Conecto mi secadora y empiezo a secarme el cabello, esperando que Mugiwara me dé un mejor trato.

-¡Haré un trato mejor que el que tienes con la marine!, ¡Dame tiempo y te prometo que lo haré!-Me pide Mugiwara con determinación, acercándose a mi y tomando mi mano.

Me sorprendo por el tacto y me quedo congelada, mi cuerpo tiembla por la sorpresa, siento su cálida mano sobre la mía, su respiración choca con la mía y yo trato de moverme. Finalmente me alejo, pero el agarre de Mugiwara en mi mano sigue firme.

-Tienes una semana, mientras no consigas un trato bueno tú y yo no somos aliados-Digo con firmeza, pero mi cuerpo sigue temblando.

-¡Genial!, ¡Eso es más que suficiente!, ¡Muchas gracias, Boa!, ¡Prometo no decepcionarte!, ¡Nos vemos luego!-Mugiwara suelta mi mano y sale corriendo.

Mugiwara corre hacia la salida, sale de mi habitación y cierra la puerta. En cuanto Mugiwara sale de mi habitación suelto un suspiro que estuve conteniendo y caigo de rodillas al suelo.

No me importa que la secadora se haya desconectado, me da completamente igual, respiro entrecortadamente en el suelo, estando de rodillas. Casi parecía que acababan de atacarme.

-Así que... Mugiwara, ¿Eh?-Digo para mí misma, con un ligero tono de impresión.

Enseguida observo como Salomé sale de su terrario y se acerca a mi, se pasea por mis hombros y me lame en rostro, lo permito y acaricio a Salomé. Ella siempre había estado conmigo en mis momentos más gloriosos, pero también en mis momentos más tristes y difíciles.

Entonces entran a mi habitación mis 2 hermanas, Sondersonia y Marigold, las cuales se agachan a mi altura, preocupadas ya que yo no solía sentarme en el suelo.

-¡Hermana Heibihime!, ¿Estás bien?-Me pregunta Sonia mirándome preocupada.

-E-Estoy bien, sólo me agaché a ver a Salomé-Digo recuperando la compostura, poniéndome de pie.

-¿Segura que estás bien?, ¿Te sientes mal?-Me pregunta Mari mirándome.

-No se preocupen, hermanas, estoy bien, ya es tarde, deberían de irse a dormir.

-De acuerdo, hermana Heibihime, descansa.

-Buenas noches, hermana Heibihime, dulces sueños.

Sonia y Mari salen de la habitación, suelto un suspiro de alivio y miro a Salomé por un momento antes de dejar un beso en su frente. Me acerco a mi armario y saco un pijama, es un vestido para dormir.

Desato la bata que tengo puesta y la deslizo por mi suave piel, finalmente cae al suelo y quedo completamente desnuda. Mientras me cepillo el cabello suavemente me doy la vuelta para ver mi cabello por atrás, con cuidado de no verme la espalda.

Evito ver mi cuerpo desnudo, específicamente mi espalda. Suelto un suspiro y me pongo unas bragas y el pijama que saqué antes, definitivamente había sido un día inusual.

Tomo a Salomé, la cual se pasea por mis hombros y con cuidado la devuelvo a su terrario. Me dirijo a la ventana y la abro, apoyándome en el borde, observando la ciudad, que asco.

El olor de fuera no era realmente algo “acojedor”. Sólo eran autos, grandes letreros, edificios, parques, personas, animales sin hogar, bandidos, ebrios, drogadictos, contrabandistas, asesinos, o personas del bajo mundo como yo.

No tenía problemas económicos, todo lo contrario. Sin embargo, una vez que entras al bajo mundo ya no puedes salir, te quedas atrapado para siempre en ese despreciable y repulsivo lugar.

Me aparto de la ventana, dejándola abierta. Me acerco a mi cama y me recuesto en ella, estaba cansada, y seguramente la Marine hiba a joderme mañana. Sólo quería dormir.

Desire (Luhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora