NUEVE MESES DESPUÉS DE LA HISTORIA PRINCIPAL (ENERO)
"¿Estás nervioso?"
La falta de respuesta de Louis hizo que Harry pusiera los ojos en blanco mientras el omega se acercaba al reposabrazos de plástico que había entre ellos para enredar sus manos. Estaban en un tren que se dirigía a toda velocidad a Cheshire, su ciudad natal. Eran cinco horas de viaje en tren y el constante sacudir agitado de la rodilla de Louis hizo que Harry quisiera subirse al regazo de su alfa para perfumarlo y calmarlo. Sin embargo, no sería apropiado ya que estaban en un vagón atestado de desconocidos.
"¿Por qué estás nervioso? ¿Sabes que los encantarás así como así?". Chasqueó la otra mano delante del baby blues mientras Louis le lanzaba una mirada molesta.
"¿Quién dice que estoy nervioso?" Preguntó su alfa, con tono despreocupado a pesar del sudor de su palma.
"No estabas tan nervioso durante mi celo". Musitó en voz baja, sonriendo cuando oyó a Louis gruñir por lo bajo.
Su celo había sido hacía una semana y lo habían pasado juntos en la casa compartida. Esta semana era la última de las vacaciones de invierno, así que Harry decidió pedirle a su alfa que lo acompañara a casa para celebrar y compensar su ausencia durante la Navidad.
Louis había vuelto a mirar por la ventana los destellos verdes del paisaje. Harry sonrió antes de apoyar la cabeza en el hombro del alfa. Podía ver a la pareja de ancianos desde el otro lado del pasillo del tren dedicándoles una mirada cariñosa.
"Te van a amar". Bostezó mientras se acurrucaba en el hombro de Louis.
"Quiero encantarlos como te encanté a ti". Su alfa admitió después de una pausa mientras los párpados de Harry se ponían pesados.
"No me has encantado, cabeza de chorlito". Resopló, husmeando en la chaqueta vintage de Louis. "Te enamoraste de mí".
Pudo oír las risitas de Louis. "Y vaya caída, me rompí el codo y todo".
El omega tenía demasiado sueño para pensar en otra réplica, así que se limitó a clavar las uñas en la palma de la mano de Louis.
× × × × ×
Harry vio con orgullo cómo Louis les entregaba a Anne, a su madre y a Gemma una cesta llena cada una de golosinas, maquillaje y productos para el cuidado de la piel. Se deshicieron en elogios hacia los productos, ya que Louis había podido hacerse con los últimos gracias a que había movido algunos hilos (la hermana de Louis, Lottie, trabajaba en una empresa de producción de cosméticos).
"¿No son ediciones limitadas?" Gemma sostenía un frasco.
"¡Sinceramente no tenías que hacerlo, cariño! Son unos regalos preciosos". Anne suspiró mientras el alfa se acicalaba.
"Esto es a cambio de esa cena de Navidad tan tardía". Louis sonrió, guiñándole un ojo a Harry por encima del hombro. "No sabía que Harold venía de una familia de chefs".
El alfa tenía un aspecto abrumadoramente engreído, ataviado con un polo azul que le hacía resaltar los ojos y con la mandíbula y la parte superior del cuello salpicadas de vello. Harry tuvo la tentación de sentarse en su cara, pero también quiso estrangularlo por ser tan descarado.
"En realidad, no era tan buen cocinero de pequeño". interrumpió Gemma, echándose el pelo castaño oscuro por encima de los hombros mientras sonreía maliciosamente. Harry sabía que estaba a punto de avergonzarlo. "Cuando tenía diez años, horneó su primera tanda de galletas para su enamorada y las galletas estaban llenas de cáscaras de huevo".
"Fue un accidente. Harry interrumpió secamente. "Además, el chico pensó que eran nueces crujientes. No le oí quejarse". Murmuró el omega.
"Quizá estaba demasiado distraído con tus rizos como para fijarse en las cáscaras". Su alfa se había acercado a él y estaba tirando de las puntas de sus largos rizos.
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Diversos¿Qué harías si vieras a alguien cruzando el campus en tu bicicleta, que te habían robado semanas antes? Omega Harry optó por no mostrar piedad. No sabía que todo le llevaría a su propia perdición.
