Tres semanas habían pasado desde que fue suspendido, tres benditas semanas que ha estado viendo a una psicóloga para que lo ayude a sacar todo esos sentimientos negativos que le carcomen su ser.Un suspiro de cansancio y aburrimiento abandona sus labios, hoy su terapia duro más de lo debido lo cual le molesta, le incomoda hablar de sus problemas con personas que no sean sus padres o hermanos y tampoco que lo hagan esperar solo porque los padres de un paciente llegaron a hacerle un escándalo a su psicóloga porque según ellos la terapia no estaba funcionando en su hija. Y él como la buena persona que es les pidió muy amablemente que se fueran al diablo, pues no quería saber nada acerca de los problemas de las demás personas suficiente tenía con lo suyos.
La única razón por la cual venía a estas citas, era por qué sus hermanos práticamente lo llevaron arrastrado, también la insistía de su madre y padre tuvieron mucho que ver y no quería quedar como un hijo malagradecido a los ojos de todo el mundo.
Aunque tenía que admitir que tener una psicóloga era bueno, desde que inició las terapias a sentido que le han quitado un gran peso de sus hombros. Ya no llora todas las noches hasta quedarse dormido, tampoco se sigue atormentado con preguntas que solo hacen que su ánimo decaiga, se puede decir que todo está volviendo a la normalidad.
- Debí traer un paraguas - susurra mientras mira el cielo nublado - solo espero no mojarme y enfermarme - suspira de nuevo y camina en dirección a la parada de buses.
No tuvo que esperar mucho en dicha parada de transporte. Al subir y pagar su pasaje, se dirige hasta los asientos de atrás.El trayecto a su destino no fue tan largo pero si agradable. Al llegar a ese lugar especial no puede evitar sonreír, simplemente no importa cuántas veces venga siempre tendrá esa sensación de que al cruzar la puerta todo lo malo desaparece.
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El sonido de la pequeña campana llamo la atención de una joven de ojos rosa palido que al ver que uno de sus hermanos mayore era quien entraba a la pastelería le regala una pequeña y sincera sonrisa.
– Te has tardado más de lo normal, por un momento creí que no vendrías — Dice en un tono de voz amable, sin borrar la bonita sonrisa que tiene en su delicado rostro.
Él por su parte solo sigue avanzando hasta estar frente al mostrador donde esta su pequeña hermana.
— No tarde tanto ¿creo, bueno tal vez? — la duda en su voz es palpable y eso le parece divertido a su hermana menor — ¿Donde esta mamá? Siempre es ella la que está atendiendo a los clientes.
— Entregando un pedido junto a Hakuji — dice con aburrimiento mientras se inclina y recarga su rostro en su mano — además no solo ella puede atender este lugar — por su tono de voz y su seño fruncido sabe que de alguna manera la había ofendido.
— Tampoco es para que te enojes conmigo Koyuki — no quiere hacerla enojar, porque cuando ella se enoja deja de ser un ser de luz para convertirse en una persona bastante atemorizante — por cierto hoy no hay clientes digo está muy tranquilo — ríe nervioso cuando termina de hablar.
— Por el momento, espera unos cuantos minutos y verás que no es tan tranquilo en este horario hermanito — sonrie con superioridad y Akaza tras oír esas últimas palabras siente un mal presentimiento.
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¡¡Atrás Gata Rompe Hogares!!
FanfictionDespués de ver cómo ilusionan a la persona que más quiere, Hakuji idea un plan para sacar a su hermano gemelo de esa tristeza antes que afecte su salud. Aunque funciona y incluso consigue a un futuro cuñado, la persona que jugo con los sentimientos...