15. Lema, Aingurak

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KATALIN

Mateo y yo empezamos a movernos como si bailaramos un vals. Me incomoda un poco que coloque su mano en mi cintura, pero me relaja saber que en lo que llevamos de canción no ha hecho el amago de bajarla o así.

Si, el acercamiento a ese chico medio borracho y con intenciones claras me había dejado paranoica. ¿Cómo puedo pensar que Mateo haría algo así? Estoy muy mal. Pero leches, nunca había bailado así con alguien. Es normal que piense esto. Nadie, pero nadie. Me ha sacado a bailar como ha hecho Mateo. Ni tampoco se han sentido capaces de tocar mi cintura o mi espalda. Así que no sé como sentirme. También tengamos en cuenta que Mateo me toco la espalda por curiosidad. No por nada más.

De repente, pasa una referencia tremenda. Ubicas la serie de Miraculous: Las Aventuras de Ladybug. Bien, es la primera vez que los protas bailan juntos. Pues la amiga de la protagonista hizo que se acercaran más cambiando su agarre. Eso mismo ha ocurrido, las gemelas han aparecido y han hecho lo que os acabo de explicar. Al darnos cuenta de lo ocurrido Mateo me sonríe con complicidad. Yo en cambio aparto la mirada y me sonrojo avergonzada.

No cambiamos la forma de bailar en cambio me armo de valor para apoyar mi cabeza en su hombro aunque sea unos instantes porque enseguida termina la canción. Para separarme de él no puedo evitar mirarle a los ojos. Por esa razón nos quedamos unos instantes más así agarrados. Yo con mis manos en su cuello y él en mi cintura. Sus ojos azabache hacen que me quede bloqueada un momento pero después consigo centrarme.

—¿Podemos irnos a casa? —Pido alejandome de él. Parece dubitativo, después de unos instantes me responde..

—Sí, claro. —responde y empezamos a caminar hacia el parking. Ya en el coche decido hablar.

—Ha sido raro.

—Si, lo ha sido. —comenta apoyándose en el coche. Nos miramos y se me escapa una sonrisa que termina convirtiéndose en carcajadas. No se por que, no se que se me ha pasado por la cabeza para que me empiece a reír. Lo mejor, es que él me sigue el juego y se ríe también.

—¿Qué tan mal lo he hecho princesa? —Lo miro y después me vuelvo a reír.

—No tan solo es que esta princesa nunca antes había bailado con un príncipe. —En ese momento me doy cuenta de lo que he dicho y a ambos se nos termina la risa floja. Son totalmente ciertas esas palabras. Nunca había bailado antes con un tío, y creo que a este punto no hace falta explicarlo.

—Kata...

—No hace falta que digas nada. —Me mira y después agacha la cabeza—. Solo quería que lo supieras. —En realidad no se porque lo he soltado así como así. Quizás ahora se siente más incómodo todavía. Quizás ahora se está replanteando las cosas. No se ni porque estoy tan esquizofrénica. Ni que fuera mi primer beso.

Pero si es tu primer contacto más profundo que un abrazo.

—Vámonos a casa. —Él asiente y se mete en el lado del conductor. Rodeo el coche deseando que la tierra me trague por ser tan tonta.

 Rodeo el coche deseando que la tierra me trague por ser tan tonta

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Un Presente [1 Trilogía Tiempo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora