18. Lush Life

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MATEO

La semana ha pasado más rápido de lo que me esperaba. Desde el día de la playa tengo la concha morada en la mano. No paro de juguetear con ella. Me gusta tenerla cerca, igual que a Kata. Aunque Carlos no me da suficiente tiempo para pensar en ella todo lo que me gustaría. Está de los nervios con la carrera del pasado mañana. Por fin el grupo podrá ganar después de casi cinco años sin quedar entre los tres primeros. Carlos está seguro de que con Katalin podemos ganar. Yo también lo creo.

El problema es el internado. Llevamos esperando desde el lunes la hora de la presentación. Tenemos planeado que vaya a recogerla a Madrid y volver lo antes posible para llegar a la carrera. No tengo presupuesto para billetes de avión así que debemos volver en tren. Claro que si termina por alguna razón que desconozco a las seis de la tarde no llegamos ni de broma.

Una cosa que me ha explotado como un globo de agua en la cara por pensar tanto en Kata ha sido la conversación que escuche. Iñigo no es su padre. Supongo que no lo he tenido muy presente por todo lo que ha pasado con Alexia. Quiero contárselo, pero no encuentro un buen momento. Mañana se va, no se que hacer. Si decírselo o no. Aunque si se entera y después descubre que yo lo sabía y no se lo dije en su momento me odiara. Es muy complicado.

— María Antonieta se ha presentado en mi casa y le ha regalado a mi hermano un pastel. —Esa frase de Carlos me saca de mis pensamientos.

—¿Qué?

—Por fin me escuchas. —exclama cansado.

—Lo siento tio, pero cuando empiezas con tus comederos de cabeza me desconecto —Él me mira ofendido—. ¿Qué? Llevas toda la semana con lo mismo.

—Y tú llevas toda la semana pensando en Katalin —Golpe bajo—. Y no intentes mentirme. —Aparto la mirada de él y la dirijo balcón abajo. Ahí está ella, con la guitarra y los pies en el agua mientras habla con las gemelas, las cuales están chapoteando en la piscina.

Te estás enamorando.

Me estoy enamorando...

Te estas enamorando de tu hermanastras.

Maldita sea...

—Venga, vamos abajo —comenta Carlos. Yo le sigo por mi casa mientras mi mente entra en una especie de colapso. Estamos a punto de entrar al jardín pero Carlos me retiene unos segundos más—. Quiero que lo digas. ¿Te gusta?

—Yo... Es mi hermanastra, sería raro...

—Vuestros padres no están casados, así que técnicamente no lo es —No ha funcionado la excusa para no responder. Maldita sea—. Además, conociendo a tu madre, no durarán más de un año. ¿Cuánto llevan saliendo?

—En Marzo cumplen un año.

—Pues eso. Habla con ella. —Y seguido me lanza al jardín. Avanzó lentamente y las mariposas en el estómago nacen. Cada vez me acerco a ellas y la cabeza me da vueltas. Me siento a su lado en el bordillo de la psicina y la observo tocar notas aleatorias unos instantes. Creo que si me quedo a su lado un instante más sin tocarla me muero. Pero mi cerebro actúa antes de que eso fuera posible, de repente, me quito la camiseta y me tiro a la piscina. Aunque no ha sido muy buena idea ya que seguido se me han tirado encima las gemelas para hacerme una ahogadilla. Los cuatro empezamos a hacer el tonto y unos instantes mas tarde Kata empieza a tocar la guitarra que yo le regale.

I live my day as if it was the last

Live my day as if there was no past

Doin' it all night, all summer

Doin' it the way I wanna¹

Nosotros solo seguimos jugando en el agua, riendo y haciéndonos aguadillas entre nosotros. Casi se me olvida todo lo ocurrido últimamente. Pero como todo, la canción termina. Los otros tres siguen peleando pero yo decido apoyarme cerca de Katalin.

—Venga, metete —le pido desde el agua. Ella sonríe y niega con la cabeza mirando hacia el trío calavera. En ese momento creo ver cómo su mirada se apaga, como que pierde la luz que tenía hace unos segundos.

—No. —niega con un tono algo triste pero después cambia la cara—. Además, la última vez que me metí contigo casi me ahogas. —Por reflejo a su reacción pongo mi mano en su pierna, pero la aparto rápidamente.

—Tú te lo pierdes. —Y vuelvo a la guerra de ahogadillas. De vez en cuando me giro para verla. Ahora, está mirando el móvil. Después me busca con la mirada y sonríe. El horario de la presentación de las narices

—A las cuatro. —Nos da tiempo de sobra. Creo que hay un tren a las cinco, casi tres horas de viaje... Para las siete y algo estamos aquí.

Después de comprar unos billetes y muchas tonterías por fin ha anochecido

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Después de comprar unos billetes y muchas tonterías por fin ha anochecido. Kata lleva encerrada en su cuarto desde hace dos horas haciendo las maletas. Está metida en su mundo caótico, yo solo la observo desde la puerta. Se nota que no ha reparado en mi presencia así que voy a asustarla. Pero antes voy a mirar el móvil que me ha llegado una notificación. Es un correo electrónico de la productora de la serie, quieren que confirme mi participación en la serie. No lo sé. Ya estudio comunicación audiovisual en la universidad por mi madre. No se si debería hacer la única cosa que nunca me ha gustado del cine.

—¡Bu! —Kata se abalanza sobre mí como reflejo la sujeto para que no se caiga dejando que el que se caiga sea mi móvil. Ella me rodea con las piernas y me sonríe— Hola —Aunque el susto me ha sacado una sonrisa el correo me vuelve a invadir la mente. La suelto y ella me mira preocupada—. ¿Qué pasa? —Yo suspiro y empiezo a contarle lo que pasa. Al final terminamos, de algún modo, los dos en balcon.

—Y eso, no se que hacer.

—Ari me dio un consejo el día que me fui de Bilbao —Aparta su mirada de mi y la dirige al horizonte—. Prueba las cosas, haz todo lo que quieras. Si ves que no te gusta ni te encaja, lo dejas. El mundo está lleno de oportunidades, de nuevos cruces en los caminos, aprovechalos.

—No se si me siento preparado para llevar mi vida por ese camino.

—Nadie nace preparado. Si así fuera, podríamos conducir desde que salimos de nuestra madre. O tendríamos un trabajo nada más nacer —suspira y me sonríe—. Prueba, aprende, disfruta. Es lo que he hecho este mes —se queda en silencio unos instantes y vuelve a hablar—. Los adultos pueden decir que la vida es muy corta, pero un año tiene trescientos sesenta y cinco días. Aprovechalo.

 Aprovechalo

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I live my day as if it was the last, live my day as if there was no past, doin' it all night, all summer, doin' it the way I wanna¹: Vivo mi día como si fuera el último, vive mi día como si no hubiera pasado, haciéndolo toda la noche, todo el verano, haciéndolo como quiero

Un Presente [1 Trilogía Tiempo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora