"Pandora" un barco de misterios

Cumpleaños

Sirius y James olieron comida, escucharon murmullos y cantos pero no podían hacer nada, estaban atados, en un calabozo, y con hambre, al pelinegro le rugía la panza como un león hambriento, de pronto vieron por la puerta pasar a Ollie y más tarde a una chica, la cual los chicos reconocieron al instante, era Marlene con dos platos que traían una porción considerable de torta para cada uno, Marlene les entregó sus porciones correspondientes y dijo a continuación:

-Buenos días muchachos, no nos presentamos formalmente, aunque seguro me recuerdan por la vez que peleamos en la puerta del restaurante, pero... pasado pisado; asumo que tienen mucha hambre y  como hoy es el cumple de Pette los otros chicos le hicieron una torta , asi que decidio darles un poco a ustedes- Malene abrió la puerta de la celda dejo las porciones de manera delicada y cerró la puerta.

-Gracias, en serio, normalmente nos revolean la comida, a menos que venga Petter, Remus trata de hacerse el rudo para impresionar a Lily pero no le sale, su cara lo delata, sus ojos muestran dulzura y sus labios delicadeza-Dijo el pelinegro mientras James lo miraba sin poder creer las descripciones que hacía su amigo del castaño.

-Creo que lo observas un poco- se atrevió a decir al fin el de lentes. Él y Marlene emitieron una carcajada y Sirius se ofendió, pero no por mucho tiempo.

Al terminar el festejo Peter se apareció en el calabozo para estar con los prisioneros y platicar de la vida, como hacía cada día, traía dos paquetes, los cual fueron regalos de Lily y Remus, uno era un kit de escritor (una pluma, tinta y un par de pergaminos) y el otro era un telescopio y una brújula.

-¿Te divertiste en tu cumpleaños, Pette?-Preguntó Sirius con una mirada amable.

-Muchísimo-replicó Peter con una sonrisa de dientes, mejillas ligeramente rosadas, y ojos llenos de ilusión, era realmente feliz.

No pasó mucho tiempo de charla entre los tres chicos cuando la rubia se adentró en el calabozo, con una caja en la mano.

-Marlene! no debias-exclamó el Peter al ver que la caja que traía la chica era para él, al abrirla su cara se iluminó, eran pulseras de la amistad, ambas eran doradas solo que una tenía grabada una "M" y la otra una "P", además había una pandereta color miel, artesanal.

Pettigrew le entregó a McKinnon la pulsera con su inicial, y la abrazó, habían creado un lazo inquebrantable en tan solo un día.

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