𝐅lores 𝐀marillas [Jlaudio]

❛﹙10﹚˚₊ ੭

Aviso: Este capítulo tiene contenido nsfw, si te incómoda, por favor, no lo leas

Jorge González.

Y de un momento a otro, me encuentro yendo a la casa de Claudio, con él a mi lado, no sé cómo fue que llegamos hasta este momento, pero la verdad era que yo no me arrepentía de nada.

Estaba nervioso, mis manos sudaban mucho, esto era distinto a cualquier sueño o fantasía que yo tuviera con Claudio, esto era la realidad aunque no lo pareciera. No era mi primera vez, no debía de sentir tantos nervios cómo ahora, pero, creo que ahora era distinto.

Porque no era con cualquier otra chica , ahora era con un hombre y era uno el cual yo quería desde hace un tiempo.

Y ahora me encontraba aquí, caminando a lado suyo hacia su casa.

Cuando llegamos, mis nervios sólo pudieron aumentar más. Apenas entramos, comenzó a besarme y a aferrarse a mi cuello con sus manos. Temía hacer algo mal.

Las manos de Jorge pasaron por el torso de Claudio, llegando a sus caderas para detenerse ahí y poder acercar el cuerpo de Claudio al suyo, tenía un agarre firme, ahora se sentía mucho más tranquilo de poder tocar lo que quisiera, pues, Claudio le había dicho que sus padres no se encontraban en casa.

Ambos caminaron entre besos hacia la habitación de Claudio y una vez que llegaron, Jorge recargó al castaño contra la pared, comenzando a atacar su cuello con suaves y húmedos besos, los cuales bajaban hasta donde el cuello de la camisa de Claudio se lo permitía, mientras que Claudio comenzaba a soltar un par de suspiros gracias a ser besado en esa zona tan delicada para él. Jorge pasó sus manos por debajo de la camisa de Claudio, podía sentir su piel, parecía que estaba acariciando algún tipo de porcelana: suave, fría y tan frágil.

Se vió obligado a dejar sus besos en su cuello para poder quitarle la camisa al moreno, dejando a la vista su torso, era tal y cómo lo había imaginando. No había rastro de vello alguno en su pecho, su piel se veía tan suave a simple vista. No había ninguna marca, eso era algo que de lo que se iba a e cargar de cambiar.

Él también se deshizo de su ropa, dejando a un lado su saco y su camisa, ahora que lo miraba, estando así, simplemente no podía creer lo que pasaba. Estaba tan concentrado mirando a Claudio, admirando su cuerpo, que reaccionó hasta que comenzó a ver cómo Claudio comenzaba a acariciar su pecho con suavidad, sentía las frías yemas de sus dedos tocar su piel, fue algo que le hizo estremecerse. Sintió también cómo las manos del moreno bajaban peligrosamente por su torso, hasta llegar a su pantalón, en donde jugueteó un poco, mientras que comenzaba a desabrochar su cinturón con lentitud.

Jorge no dejaba de mirarlo, quería grabar cada expresión y acción que Claudio llevaba a cabo en ese momento. Quería recordarlo para siempre y grabarlo en su mente y de alguna forma, en su cuerpo.

Todo fue mejorando cuando vió a Claudio ponerse de rodillas frente a su entrepierna, ya había logrado deshacerse de ese molesto cinturón y cada acción que Claudio hacia, sólo lograba excitarle aún más. Miraba con atención cómo comenzaba a desabrochar su pantalón y lo bajaba un poco, dejando a la vista su erección, la cuál era cubierta por la tela de su boxer. Claudio alzó la mirada para ver a Jorge a los ojos y sonreírle.

Esa sonrisa sólo empeoró su situación.

Claudio comenzó a bajar un poco el boxer de Jorge, todo esto con lentitud y delicadeza hasta dejar al descubierto su erección, llevó su mano a su miembro, comenzando a estimularlo con su mano. Los jadeos por parte de Jorge no pudieron esperar a salir, mantenía su vista el Claudio, mirando cómo movía su mano torpemente sobre su extensión. Eso sólo le hacía excitar aún más de lo que ya estaba.