Final chapter

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Claudio Narea.

Claudia me había citado, fue algo que se me hizo extraño, pues, desde lo ocurrido aquel día, ella y yo ya no volvimos a hablarnos de ninguna manera.

Rompimos el contacto por completo y, para ser honestos, que una de sus amigas fuera a buscarme para decir que ella quería hablar conmigo, fue algo que me alarmó.

Me citó a eso de las siete de la noche, estaba asustado y sólo contaba las horas, los minutos para que se llegara la hora. Tenía curiosidad por saber cuál era la razón por la que me había hablado, ¿Será que quiere arreglar las cosas? No lo creo, aunque no es algo que yo espere para ser honestos.

Prefiero no esperar nada.

Durante el transcurso del día, Jorge tenía un muy extraño comportamiento desde hace un par de días, me evitaba y dejaba de sentarse cerca de mí, ni siquiera respondía a mis saludos. Sólo salía corriendo o fingía que alguien lo llamaba.

Y a decir verdad, era una situación que me hacía sentir extraño.

Extraño de la manera en que, sentía que algo me hacía falta.

Y ese algo era Jorge.

Tuve que esperar a que él comenzara a ser distante para darme cuenta de ello, creo que desde un principio fue mi culpa por mi indecisión. Pero desde lo que ocurrió, no puedo aparentar que todo está de lo más normal.

Extrañaba sus abrazos, nuestros besos a escondidas y que me celara por cualquier cosa. Aunque lo último era un poco extraño.

Jorge me hacía sentir completo. Sentirlo lejos, verlo y sentir que ya no podía ni acercarme a él, era algo que podía conmigo.

¿Dónde quedó ese Jorge que decía que me quería?

Hasta que se dió la hora de la salida, cómo era costumbre, los chicos y yo caminábamos juntos hasta la salida para ahí, poder despedirnos. Aunque Miguel había salido disparado del salón, pues, había dicho que tenía una cita con su pareja.

Me quedé sólo con Jorge y decidí hablar.

-Jorge...-

Le llamé y él volteó a verme, su rostro estaba cansado y parecía decepcionado de a quien veía.

-¿Todo bien?-

Jorge asintió.

-Nos vemos luego, Claudio.-

"Claudio"...

Ahora mi nombre sonaba horrible.

Ya no hay ningún diminutivo, ningún apodo estúpido.

¿Por qué? No podía entenderlo, ¿Por qué Jorge no me miraba como antes? ¿Por qué sus ojos no brillaban al verlo tal y cómo hace un par de días? No entendía porqué las cosas habían cambiado tan repentinamente. Quizá me había malacostumbrado a ello y era mi culpa.

Me fuí a mi casa y sólo pude esperar a que dieran las siete.

La amiga de Claudia dijo que ella quería verme en un parque cercano a mi hogar, parque en donde Jorge, Miguel y yo solíamos pasar el rato cuando no queríamos llegar a nuestras casas.

Esperé y esperé, hasta que se dió la hora y salí sin pedir permiso, sólo avisé que saldría y que no tardaría. A mi madre no le molestó y me dejó ir sin siquiera preguntarme a dónde me dirigía. Los nervios me carcomían.

No tenía idea de lo que Claudia quería decirme y el no saber era lo que detestaba. Cuando llegué, caminé un poco al rededor para ver si la encontraba pero no fue así, entonces decidí sentarme en un columpio

𝐅lores 𝐀marillas [Jlaudio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora