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Baekho estaba furioso con Hyuna.

—No quiero que metas las narices en esto.

—Sólo quiero que te tranquilices un poco. Vamos dentro.

Él subió las escaleras y abrió de un tirón la puerta metálica. Estaba demasiado alterado para prestar atención a los lujosos muebles que hacían de la RV de Hyuna la caravana más ostentosa del circo.

—¡Es un ladrón! ¡Mi hijo es un puto ladrón! Permitió que se culpase a ChanYeol. — Apartó a un lado un juego de pesas y se dejó caer sobre el sofá, donde se pasó la mano por el pelo.

Hyuna cogió una botella de Jack Daniel's del armario de la cocina y llenó dos vasos. Ninguno de los dos era bebedor y Baekho se sorprendió cuando ella vació el contenido de uno de los vasos antes de pasarle el otro. Cuando se acercó a él la bata se le ciñó a las caderas, haciendo que Baekho se olvidara de su enfado, aunque sólo fuera por un momento.

Hyuna tenía la habilidad de nublarle la mente. No era algo que le gustara y había luchado contra ello desde el principio. Era engreída, terca y lo volvía loco. Era de esas mujeres que tenían que estar al mando en cualquier situación, un control que él nunca cedería a una mujer por mucho que lo atrajera. Y no había ninguna duda de que Kim Hyuna lo atraía. Era la mujer más excitante que  había conocido nunca. Y la que más lo irritaba.

Hyuna le dio el vaso de whisky y se sentó a su lado. Al hacerlo se le abrió la bata dejando al descubierto un muslo. Era vigoroso y esbelto y Baekho sabía, tras haberla observado trabajar con los trapecistas, lo tonificado que estaba. En la RV se encontraba todo el equipo que ella utilizaba para mantenerse en forma. Había instalado una barra de ejercicios sobre la puerta del dormitorio.

En la esquina había un banco de entrenamiento con un surtido de pesas de mano. Hyuna se reclinó sobre los almohadones del sofá y cerró los ojos. Arrugó la cara, casi como si fuera a echarse a llorar, algo que nunca le había visto hacer.

—¿Hyuna? —Ella abrió los ojos. —¿Qué te pasa?

La mujer apoyó un tobillo en la rodilla opuesta adoptando una postura típicamente masculina.

Era tan descarada que Baekho no entendía cómo podía parecer a la vez tan femenina.

Vislumbró un retazo de seda púrpura entre las piernas de Hyuna y encontró un blanco para su furia.

—¡Por qué no te sientas como una señora en vez de como una vulgar mujerzuela!

—No soy tu hija, Baekho. Me sentaré como me dé la gana.

Baekho nunca le había pegado a una mujer en su vida, pero en ese momento supo que le estallaría la cabeza si no la provocaba. Con un movimiento tan rápido que ella no lo vio llegar, la agarró de la bata y la puso en pie de golpe.

—Te la estás buscando, nena.

—Por desgracia, tú no eres lo suficiente hombre para darme lo que quiero.

Baekho no pudo recordar ninguna otra ocasión en la que se sintiera tan furioso y Hyuna se convirtió en el blanco de todas las emociones que estaban a punto de explotar en su interior.

—¿Me estás provocando, Hyuna? ¿Es que no tienes a mano a nadie mejor que yo? Soy el hijo de un carnicero de Brooklyn, ¿recuerdas?

—Lo que eres, es un bastardo deslenguado.

Lo estaba provocando.

—Sólo me acuesto contigo para que no lastimes a BaekHyun. Ha sido lo único que se me ha ocurrido para que te tranquilizaras.

𝑘𝑖𝑠𝑠 𝑎𝑛 𝑎𝑛𝑔𝑒𝑙 || sᴇʏᴇᴏʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora