☪︎ ¹

11 3 1
                                    

Desde que tengo memoria he tenido recuerdos que no van acordes con mí vida, uno de ellos es tan extraño que parece irreal.

Mí vida no es una historia bonita con un hermoso ser que me salvará de las garras de lo malo y luego viviremos felices por siempre, no. Mí vida es tan miserable que ni siquiera sé si llamarla vida, pero bueno, ya estoy tan acostumbrada a todo que si me pasa algo malo ya ni siquiera me preocupo.

Todas las noches sucede lo mismo. El frío de la noche me acompaña y mí querido gato Pan intenta darme calidez, la luz de la luna que se filtra por mi ventana me recuerda a cada noche de frío y hambre que pase sola en la calle. Sin embargo, la luna es tan hermosa y brillante que no puedo dejar de observarla con admiración.

Otra noche más de insomnio. Otra noche más de soledad. Sentada en el borde de mí ventana contempló la ciudad y las pocas luces que hay encendidas, las personas que pasan por las calles se ven tan diminutas y sombrías, la luna llena se ve maravillosa y las pequeñas estrellas que adornan el cielo se ven perfectamente magníficas.

Una fría brisa golpea ligeramente mi rostro, y esto es lo que más amo de las noches frías, que la brisa fría golpee mi rostro y me genere un leve escalofrío. Me encanta sentir el frío de la noche contra mi cuerpo pues me tranquiliza demasiado.

Cierro mis ojos para sentir la brisa fría contra mi rostro, mientras que Pan se sube en mis piernas para acompañarme, momentos así son los únicos tranquilos y en paz que tengo en mí vida pues mis días son ocupados y estresantes pero mis madrugadas de desveló son tranquilas y especiales.

Abro mis ojos lentamente, justo en ese momento mi despertador suena dándome cuenta que ya son las 4:30 de la madrugada, veo una última vez el cielo aún oscuro. Levanto suavemente a Pan para acostarlo en la cama, a veces quisiera ser como él, con una vida tan bonita y tranquila, solo le preocupa comer bien y dormir bien.

Camino a la ducha para darme un buen baño de agua tibia, duro una 1 hora bañandome, es por eso que me levanto tan temprano, para poder bañarme tranquila y agusto.
Salgo de la ducha, camino a mi armario para poder cambiarme, elijo un jean negro y holgado, una camisa azul oscuro de botones y manga larga, mis botas favoritas, y mi abrigo largo negro. Seco mi cabello corto, me maquillo un poco para no verme tan sombría.

Me dirijo a la cocina para prepararme mi café de la mañana, el reloj marca las 5:50 a.m tengo 10 minutos para tomarme mi café sin preocupación. Dejó la comida de Pan en su lugar, agarro mi mochila y salgo de casa, salgo temprano de casa para poder caminar tranquila. Mientras camino escucho con mis auriculares Cry Baby - The Neighborhood me encanta la canción al igual que la banda. En menos de lo que espero llegó a mi destino, hay pocas personas pues aún es temprano. Me dirijo a mi salón, los pasillos del lugar aún están algo vacíos al igual que el salón, siempre soy la primera en llegar al salón pues no me gusta toparme con otras personas.

Me acomodo en mi asiento y en el otro acomodo mi mochila, no me preocupa que la quiten de ahí pues nadie se sienta conmigo, nadie se acerca a mi pues no suelo hablar más de lo necesario. El timbre anuncia el inicio de las clases, el salón ya está lleno de estudiantes, el maestro entra al salón con alguien detrás de él, seguramente es un nuevo estudiante, el maestro le dice algo y luego señala mi lugar.... Oh no, no, por favor no.

El chico se acerca a pasos tranquilos a mi lugar, llega hasta mi asiento y me mira esperando algo de mi pero yo no pienso mover mi mochila, hay más lugares libres ¿por qué se quiere sentar justo aquí?

- Disculpa ¿podrías mover tu mochila para poder sentarme? - Habla con un tono suave, tiene una voz muy despreocupada.

Me lo pienso un poco ¿por qué aquí justamente? Mi conciencia me grita que sea amable con el.

Escritos A La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora