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Esa chica es extraordinaria. Y solo eso sabia, lo supe desde que la vi en esa cafetería en la que trabaja.

Llevaba un pantalón color rojo, era bota campana, una camisa de manga larga color crema, y cielos, se veía tan bien, su cabello atado se veía hermoso, y su piel pálida brillaba, se veía tan perfecta.

Acababa de llegar de un viaje de negocios con unos asiáticos y quise tomar un café para tranquilizar mi humor un poco y en ese momento la ví. Salía de la cocina de la cafetería y se dirigía hacia mi.

-Buenas tardes. Bienvenido a Hot Coffe ¿qué desea pedir hoy?- su voz, demonios su voz es tan hermosa, es tan delicada y firme.

-Buenas tardes, quisiera un capuchino y una dona, por favor.- le respondí, intentando ocultar la emoción que sentía en ese momento.

-Bien, en un momento mi compañero Sam le traerá su orden, no olvide que hablo con Lein, disfrute su tarde.- y se marchó.

Dos cosas sabía de ella, la primera, es que se llamaba Lein, y segunda, era que ella era y será la persona más hermosa que mis ojos han podido contemplar.

Y ella será mía, de eso estoy seguro. Pero necesito acercarme a ella sin que sospeche de mi ¿pero cómo?

Bueno, ya me las ingeniare, porque a mí nadie se me escapa de la manos, y menos esa hermosura.

Nick O'Connor.

Lein Hamless, ese era el nombre de la mejor persona que pude haber conocido en mi vida.

¿Qué como lo sé? Bueno, yo soy inteligente, por eso lo sé.

Me desperté por un dolor de cabeza horrible, eran las 3:00 de la mañana.

Me levante de mi cama, fui a la cocina por una pastilla. Quería tomar aire fresco así que me asome al balcón.

La noche se veía hermosa, la luna se veía maravillosa, todo el universo es tan maravilloso. Volteé mi rostro hacía el departamento de al lado y no se porque me decepcionó no verla a ella y a su gato en el balcón.

Me quedé observando el cielo y tomando un poco de aire 1 hora, el tiempo paso volando.

Cuando me di cuenta ya estaba amaneciendo. Miré por última vez el cielo y volví adentro, cogí una toalla y me fui a bañar, hoy decidí salir temprano para caminar con Lein, sonará muy cliché pero es que me encanta pasar tiempo con esa chica, me recuerda mucho a una chica de una serie, claro que Lein no me amenaza.... Bueno, si pero lo del cuchillo fue un malentendido, uno muy feo pero bueeeno, ¿que podemos hacer?

Salí del baño, me dirigí a mi armario, escogí un pantalón negro de rotos, una  camisa holgada de mangas largas, con rayas negras y blancas. Organicé mi cabello un poco, tendré que cortarlo un poco pues siempre se desorganiza y hace que caiga sobre mis ojos y luego no pudo ver nada.

Me preparé un café para empezar mi día con mucha energía, aunque claro, luego de caminar se me quitaría.

Salí de casa, sabía que Lein ya había salido pues ella salía muy temprano. Caminé hasta la salida del conjunto y vi a Lein a lo lejos.

Ella me descubrió en menos de lo que pensé, esta chica me sorprende cada vez más. Lein tenía sus auriculares puestos, siempre los lleva, es como su forma de ignorar todo lo que pasa a su alrededor.

La saludé y le pregunté cómo estaba, ella me respondió y me pregunto por qué había salido tan temprano.

Vaya que nota las cosas.

Escritos A La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora