ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ -ᴍᴀx ᴠᴇʀꜱᴛᴀᴘᴘᴇɴ

𝟬𝟰 | 𝗕𝗮𝗸𝗶𝗻𝗴 𝗰𝗼𝗼𝗸𝗶𝗲𝘀

Marzo, 2021
Holanda.

—Gracias a todos por acompañarme en esta nueva aventura. Sin ustedes, no estaría aquí —corto el listón con unas tijeras y escucho los aplausos de la gente mientras abro las puertas.

Comienzan a entrar en grupos, algunos muy numerosos y otros no tanto. Voy detrás del mostrador, me coloco un delantal. Lo más divertido de esto es atender, anotar los pedidos y luego entregárselos, o estar detrás de la caja cobrando a la gente.

—No entiendo cómo te gusta esto —dice con la boca llena— y tampoco que estuvieras horneando más de 500 galletas y de diferentes clases toda la madrugada.

—En verdad no podía dormir de la emoción y quise hacer más —miro a mi alrededor y fijo mi vista en ella nuevamente.

—¿Sigues con la idea de que me vas a cobrar? —asiento y me mira tratando de lagrimear.

—Lo haré, Caroline, no te quedarás atrás.

—¿No vendrá Max? —me pregunta tratando de cambiar de tema.

—No —niego—, y no me cambies de tema.

—No lo hago, solo me parece extraño que no esté aquí, además, sería el primero en probar de todo.

—Yo también quería que estuviera acá, pero tiene cosas más importantes.

—¿No me digas que tiene que hablar con Christian Horner? —roda sus ojos.

—No, no es eso. Si fuera así, lo entendería. Está saliendo con alguien y debe hacer algo con esa persona.

—¡QUE! —casi grita y la callo. —Eso es imposible.

—No, no lo es, por desgracia. Pero está bien que quiera hacer su vida.

—Eso no me sorprende, pero que te haya cambiado por alguien más.

—Se conocen hace mucho, así que supongo que es importante para él también.

—¿Pero qué tanto debe de hacer?

—Dijo que irían a un lugar; no le pregunté a dónde y él no me dijo.

—Pero te estabas preparando hace un año y...

La interrumpo: —Lo sé, quizás están aprovechando su tiempo juntos y ella...

Ahora es ella la que me interrumpe: —Basta, no quiero escuchar cómo la defiendes, y encima, ¿no la conoces o sí? —me mira fijamente y niego.

—No la defiendo, seguro que ella también tiene una vida ocupada y por eso quiere pasar tiempo con él.

—¿Hace cuánto sale con esa chica?

—Él me dijo hace 5 meses —abre la boca sorprendida.

—¿Cómo? Pero entonces ya lo íbamos a saber. Lo digo porque te lo iba a contar, y tú me lo ibas a contar a mí.

—Lo ocultó, pero es su vida de todos modos.

—Eso no quita el hecho que sea un mentiroso y que no te cuente. O acaso, ¿tú no le cuentas todo?

—Lo hago, pero por alguna razón no quiso decirme. Olvidemos eso, no quiero arruinar el resto de la tarde.

—Yo digo que le hagas lo mismo, a ver si le cae la cara de payaso que tiene.

—No voy a hacer eso, y ya sabes quién me gusta.

—Amiga, ahí no va a pasar nada. —Suspiro. Ella piensa que él no me corresponderá, pero le digo que no piense en esas cosas; tal vez algún día suceda.

—Lo sé, por eso es mejor que sea un secreto entre nosotras dos.

Conversamos de otros temas hasta que volví a atender a la gente. Alrededor de las seis y media, la gente empezaba a retirarse porque ya iba a cerrar. Quedamos solo Caroline y yo. Ella, por su parte, me ayudaba limpiando las mesas y acomodando las sillas.

—Deberías contratar más personal —sugiere guardando sus manos en sus bolsillos delanteros.

—Lo sé, quería evaluar cómo iba este primer día. Además, ya tengo a mi hermanito.

—Una sola persona no es suficiente. Puede haber situaciones en las que no puedas venir a atender, o cuando Ben no pueda.

—Ben siempre vendrá. Mi madre no permitiría que se quede en casa sin hacer nada por mucho tiempo.

—Pero cuando no estés tú, debería venir otra persona para hacerse cargo.

—Lo pensaré más adelante. Esta semana solo estaré Ben y yo. Nos arreglaremos.

Escucho el sonido de la campanita de la puerta y alzo mi vista.

—¿sigue abierto? —pregunta guardando sus manos en sus bolsillos delanteros.

Respondemos al mismo tiempo.
—no —dice Caroline.
—si.

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