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Dejo el control a un lado y me levanto del sofá al escuchar el sonido del elevador. Camino lentamente hacia la entrada y me detengo al ver a Checo mirándome con enfado.
Ignoro su expresión y vuelvo al sofá para seguir jugando.
—¿Te has enterado de que Julie ha estado en Europa con Arthur? —me pregunta mientras se acerca.
—Solo han estado en Mónaco y en Francia —respondo sin mucho interés.
—Haz algo al respecto —me reclama, y yo suspiro.
—Ya no tengo nada que reclamar —digo, justo cuando la pantalla muestra que no hay conexión. Me giro y veo a Checo sosteniendo el cable desconectado del Internet.
—Irás a Mónaco —afirma él—Las vacaciones terminan la próxima semana y tendremos que viajar de nuevo.
—¿Y qué tiene que ver eso con ir a Mónaco? —pregunto, dejando el control remoto en la mesa de centro y acomodándome completamente en el sofá.
—Que retomes tu rutina. No puedes estancarte.
—Mi rutina era ella y correr. No tenía otro pasatiempo. Ahora ella ya no está, y estoy de vacaciones. Me merezco esto.
—Por tus actos tan estúpidos, la perdiste —dice reprochándome.
—Ya lo sé. Estoy plenamente consciente de mis errores. Esta vez, he decidido dejar que viva su vida —respondo.
—Acabas de decirme en qué países ha estado —me reclama.
—Te lo dije porque tú me lo preguntaste —contesto exasperado, mientras me levanto para recoger el plato sucio que dejé junto al sofá.
—Te has convertido en un vagabundo —se queja con un suspiro cansador como si fuera mi padre y lo miro de reojo mientras paso a su lado, dirigiéndome a la cocina.
—Dime algo que no sepa —le digo, dejando el plato en el lavavajillas, dejándolo abierto.
—Ella te extraña muchísimo —me dice desde atrás y me giro lentamente, dejando caer mi cuerpo por el mármol frío.
