9.

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Cansado.


Ocuparse de tantos Spider-Man no era un trabajo sencillo, más porque debía de aguantar sus bromas de mal gusto, y alguna que otra falta de respeto hacía él.

Su compañera virtual se reía de él en silencio, aunque la mayoría de veces se le escapaba una que otra carcajada.

—Oye, Miguelito—dijo con burla Lyla

El mayor le observo con severidad.

—No es necesario que me mires así, ni que fuera una mosca molesta. — Miguel elevó su ceja hacia arriba con una finjida sorpresa.—... El caso, me han informado que el gimnasio de Spider-Man se está quedando sin suministros, más porque hay alguna que otra falla con los hologramas instalados.—

La chica guardo silencio.

—¿Algo más?— pregunto, para estar seguro, Lila no era mucho de quedarse callada por demasiado tiempo.

—Si, tienes una cara de amargado que ni, mi virgencita de Guadalupe, te puede ayudar — bromeó.

—Solo lárgate, ya me ocuparé de ese problema, tengo algunas cosas más importantes que atender —

—Hay si, como diga el señor amargado— fue la última broma que soltó antes de desaparecer, y que Miguel le intentara golpear, cosa que no era muy posible.

El O'Hara no tenía algo más importante que hacer, simplemente necesitaba un descanso, aunque fuera de unos diez minutos.

Al llegar a su despacho, le informaron que había una fuga de varios Deadpool en ese universo, cosa la cual le desconcertó, luego le llegaron un par de quejas sobre que las hamburguesas no estaban lo suficientemente jugosas. Y más tarde a eso llegó el grupo de Miles, empezando a hablar lo que habían hecho entre las pocas horas que no les vio. Se podría decir que eso lo tomó como un descanso.

Y por último estaba Peter, su Peter, que le llamaba cada dos horas para recordarle que llevará huevos y leche a casa.

—Que ni se te ocurra olvidarte de comprar lo que te pedí— le decía a través del teléfono el Parker.

—No, no lo haré — le respondió con desgana

—También asegúrate que la leche sea sin lactosa, la leche entera no es la mejor, si es que me comprendes — parecía que trataba de aligerar el "ambiente".

Aunque Peter no estuviera con él en esa misma sala, podía sentir lo cansado que estaba su esposo, y un poco malhumorado, por su tono de voz.

—Lo comprendo, Cariño. —río levemente. —Asegúrate que Mei no se escape como la última vez— le recordó

—Si, si, si, parece que dudas de mi. Que malo. — dijo con un puchero en sus labios.

—No es que lo haga, solo sé más atento con ella y lo digo enserio, no fue nada lindo la forma en que encontramos a nuestra arañita la última vez.— Miguel sintió como un escalofrío vino hacia él al recordar ese insidente.

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⏰ Última actualización: Sep 03 ⏰

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Momentos| MIGUEL O'HARA & PETER B. PARKER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora