7.

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Contacto físico.


Miguel era una de las tantas personas en el mundo que no sabia como expresar, adecuadamente, el amor o cariño; Había gente que lo hacia con regalos, palabras, poemas y el contacto físico, algo que él en parte detestaba.

Aunque debía de admitir que le gustaban esos detalles, pero su orgullo era demaciado grande para admitirlo en voz alta, se lamentaba, en parte.

Pero todo aquello lo hacía ese arácnido que nunca se despegaba de él, y cuando dice nunca es, nunca, siempre le dejaba detalles en cada parte que fuera posible, ya sean chocolates, poemas, y un par de prendas que hacia él mismo.

Alguna que otra vez le sacaba una sonrisa, pero la borraba rápidamente al darse cuenta que eran puras tonterias que le hacian distraerse de lo verdaderamente importante, pero una parte de él le rogaba que los aceptara de buena manera y los devolviera de la misma forma que su contrario.

Lyla le hacía burla con ello, ya que un par de veces le pillaba sonriendo, inconscientemente, sin darse cuenta. Esta le intento, "ayudar" para devolverle todo lo que hacia el Parker por él de la misma forma, pero se negaba rotundamente.

Un sabado por la mañana. Apenas hiba comenzando y ya sentía que se hiba a desmayar.

En su mano derecha mantenía una taza de café, este para ser exactos era café negro que apenas contenía azúcar; traía su traje puesto como siempre, solo que esta vez había una cosita distinta, tenía sus anteojos  puestos, hoy tenía demaciada pereza para colocarse sus lentillas, contando que sus ojos estaban  aún cansados.

—Buenas, buenas— saludo una alegre Lyla, mientras hacía un par de fotos al lado de su jefe. —¿como amanecio el princeso? —levemente desvío su vista de si misma, por el teléfono, para ver al O'Hara directamente, tenía puesto un filtro de conejo.

—no estoy de humor, Lyla— dijo con pesadez, sin apartar su vista de lo que estaba haciendo. Más tarde iria a la cafetería a por algo más comestible que el café, que era más líquido espeso que otra cosa.

—parece que hoy no has recibido el beso de tu príncipe azul— comenzó a revisar las fotos que mantenía en su aparato electrónico, viendo cual borrar y cual no.

—vez demaciado Disney—.Tomo un sorbo de café, este ya no estaba caliente como al principio.

—puede que si...— apagó su teléfono y lo metió en su bata, para haci desaparecer —... O puede que no. — reapareció en el lado contrario de antes, a la izquierda para ser precisos, esta vez llevaba puesto un vestido amarillo y un moño en su cabello. Hizo una pose dramática, como si hubera caído al suelo. Estaba imitando a una princesa y como ella siempre ha dicho, "siempre soy la más Bella".

—¿ya terminaste? — pregunto con ironía, lo más milagroso es que no apartó su vista cansada de los dispositivos de alto presupuesto.

—que aguafiestas eres — gruño. Ya sabía cómo era Miguel, pero algunas veces podía llegar a estar de buen humor y decirle que se ve fabulosa, ¿a quien quiere engañar?, él nunca diría eso. —ya vendrá tu amado.— suelta un suspiro, antes de decir aquellas palabras en un tarareo leve. La vestimenta anterior que poseía desapareció antes en que ella lo hiciera.

Momentos| MIGUEL O'HARA & PETER B. PARKER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora