Capítulo 6

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*Dyllon:

Era una mañana gris, decaida; una mañana que no queria iluminar a nadie. Puesto que las nubes tapaban el sol, y pese a que el sol estaba dispuesto a deslumbrarnos con su esplendor las nubes lo tapaban.

Esta mañana era semejante a mi, ya que aún con el ánimo de mis padres yo no conseguía ser el mismo de siempre sin Afri.

(Tocan a la puerta)

-Hijo, despierta que tienes que ir a trabajar- dijo mi madre con preocupación en su voz.

-Si, mamá ahora voy- le dije a mi madre afín de que no se preocupara más por mi.

El trabajo que encontre era el de camarero, gracias a mi padre. Debido a lo sucedido con Afri hizo olvidarme incluso de buscar trabajo.

El trabajo me hacía dormir y no pensar en ella. Lo peor era cuando llegaba a casa del trabajo, cansado y sin ganas de hacer nada más que acostarme en mi cómoda cama y darle vueltas en mi cabeza a hablarle o no a Afri.

Yo, la necesitaba tanto como las plantas necesitan el agua.

No podía ser que lo nuestro haya acabado sin tansiquiera haber empezado y sin despedirnos.

De pronto escuché el despertador, ya era la hora de salir de mis pensamientos y ponerme mi uniforme.

Me vestí y desayune rápidamente para cojer el bus de las 5 de la tarde. Cojí mi destartalada bicicleta para llegar más rápido al bus.

Pero, lastimosamente el vehículo que tenía que llevar me a mi trabajo se fue sin mi.

Yo no me rendí, y empecé a pedalear con todas mis fuerzas para llegar a tiempo al trabajo.

Detrás mío escuché un claxon que me pitaba. Supuse que era por mi lentitud en la calzada, así que le hice una señal con la mano, para que me adelantará.

El coche seguía pitandome, no entendía porque; así que giré un poco la cabeza y vi que era mi compañera de trabajo Amy.

(Amy bajó la ventanilla)

-¿Quieras que te lleve? - dijo Amy con su habitual sonrisa.

-¡Ohhh! Si, por favor-le dije exhausto de pedalear con todas mis fuerzas.

Se aparcó en la zona reservada para autobuses abrió el maletero y me ayudó a meter la bici en su coche.

Ya dentro del coche me empezó a contar que ella era miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y que hace 2 mese acabó su misión.

-¡Wooow! No sabía que tú también fueras miembro de la misma Iglesia que yo- le dije con cara de incrédulo, pero alegre a la vez

-Pero... ¿a que capilla vas?, porque yo voy a la que queda al lado del templo- dijo ella, con una gran y maravillosa sonrisa que dejaba entrever sus hermosos dientes.

-Voy a la que esta en las afueras de la ciudad- le dije apenado porque no estaba en la misma que yo.

-¿Vas a ir al baile de los JAS (Jóvenes Adultos Solteros), este sábado ?- dijo ella como si queriera que fuera.

- La verdad... es que no iré- le dije cabizbajo, para evitar que me preguntará el inevitable por qué.

-¿Por qué?- dijo ella finalmente.

Yo le dije que tenía que hacer muchos deberes de la Universidad y que me sería imposible.

Pero Amy, no se conformo con un no. Así que me propuso que me despertará pronto y así hacer los deberes.

Un misionero retornadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora