Capítulo 12

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El ambiente se tornó aún más frío de lo que ya de por si era el invernal clima de Hokkaido.

Celia se quedó congelada cual estatua y de un tono de piel similar al de la nieve que pisaba. Aiku aguardaba en silencio de espaldas a la peliazul a que su acompañante pronunciara una palabra. Al observar por el rabillo del ojo a la chica comprobó que esto no iba a suceder, por lo que esbozando una triste sonrisa rompió el incómodo silencio.

-Esperame aqui, vuelvo mas o menos rápido- Pronunció el heterocromatico para posteriormente internarse en el funesto recinto.

Camino en soledad recorriendo sinuosos caminos dibujados entre variedad de tumbas. Finalmente llegó a un zona apartada del inquietante paisaje, donde, bajo un árbol cubierto de blanca nieve, descansaban dos tumbas resguardadas del frío por el mencionado árbol.

El pelinegro se arrodilló ante ambas tumbas y depositó sendos ramos de flores en estas. La lápida izquierda rezaba "Aquí descansa en paz Hideaki Aiku, un hombre que brilló con luz propia. Gran marido y padre".

Mientras tanto, la lápida derecha rezaba "Aquí descansa en paz Aiko Aiku, quién fue amada por todo quién la conocía. Excelente esposa y mejor madre".

Nuestro protagonista se encontraba arrodillado delante de estas lápidas, que presumiblemente pertenecían a familiares suyos. La serpiente se encontraba pronunciando oraciones en voz baja, orando por los muertos. Pasados unos pocos segundos, el pelinegro alzó su cabeza habiendo finalizado sus oraciones.

-Hola papá, mamá- Comenzó este revelando la identidad de ambos fallecidos. Una afligida sonrisa estaba plasmada en su rostro, siendo acompañado por ojos visiblemente rojizos y cristalinos, signos claros de contener las lágrimas- Ha pasado tiempo desde que vine por última vez, siento no haberme pasado antes de que... Se cumpliera un año- Continuó el defensa, intentando que su voz no se quebrara.

Del bolsillo de sus vaqueros saco unos pañuelos, con los cuales intento secar el amago de lágrimas que estaba intentando salir de sus ojos.

-He estado un poco ocupado, al fin y al cabo ya no vivo en Hokkaido. No sé si os acordáis, la última vez que hablamos fue antes de que me fuera. Me he mudado a Ciudad Inazuma, y la verdad estoy agusto- Dijo este esbozando una efímera y divertida sonrisa al recordar a su pandilla de amigos del Raimon- He conocido a una pandilla de chicos, el equipo de fútbol de la preparatoria Raimon, donde estudio ahora. Son unos tarados, imbeciles y retardados, pero son buena gente. Muy buena gente de hecho- Dijo el heterocromatico.

El prota se movió acomodándose, sentándose y extendiendo sus piernas hacia delante, dejando caer la cabeza hacia atrás observando el cielo de Hokkaido.

-Mark, el capitán, es todo un bonachón. Ama el fútbol igual o más que yo, su pasión es increíble. Tenemos muy buen equipo, hasta Byron se unió. Lo estamos dando todo y estoy seguro de que podemos ganar. En poco juegan la semifinal pero no podre participar, ya que estoy aquí quiero arreglar la mala situación con ellos... Son casi hermanos, y no quiero llevarme mal con ellos- Dijo pensando en sus viejos amigos.

Comprobó de forma fugaz la hora en su móvil. Si por el fuera se quedaría hasta a dormir junto a sus padres, sin embargo no quería que la peliazul se preocupara por él.

-Tambien he conocido a otra persona fantástica- Dijo Aiku sonriendo al pensar en Celia- Se llama Celia y es maravillosa. Es atenta, tierna, curiosa y se preocupa mucho por el resto. También es muy cabezona, a pesar de que intente disuadirla insistió en acompañarme en este viaje. Ahora mismo está esperandome fuera, así que me iré en poco para no hacerla esperar. Estoy seguro de que os habría encantado conocerla- Dijo Oliver con una melancolica sonrisa.

La Serpiente del Raimon. (PAUSADA POR FALTA DE INSPIRACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora