Capítulo 15

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Una preciosa puesta de sol se observaba desde la Ribera del Río. Sentado en el césped de esta, un peligris observaba con triste mirada el cuerpo celeste, perdido completamente en sus pensamientos. Se sobresaltó al notar una presencia a su lado, comprobando al girar su cabeza que se trataba de Silvia. Su amiga lucía una sonrisa y miraba al frente.

-Aquel día- Comenzó la joven- Recuerdo claramente aquel sentimiento opresivo en mi pecho. Aquella sensación de que uno de mis mejores amigos, y el motivo por el que, a mi manera, me enamoré del fútbol, iba a morir- A la peliverde se le cristalizaron los ojos, sin embargo, seguía sin dirigirle la mirada a Bobby- Pero también recuerdo claramente tus palabras. Tú, a pesar de esta igual o más afectado que yo por lo que pasó, te centraste en consolarme. "El fútbol nunca dejaría que alguien como Erick terminara su historia antes de siquiera empezarla". Tú me ayudaste, comprendiste y pusiste mis sentimientos por delante de los tuyos en ese momento. Si piensas que ahora por una tontería así, no solo yo, sino Erik, Mark o cualquier miembro del equipo te dará la espalda, estás muy equivocado- Dijo a la vez que le dirigía la mirada mientras sentía una mano en su hombro.

-¿Te hace un partido, viejo amigo?- Preguntó Erik. Sin darle tiempo a responder, oyó otra voz.

-¡Vamos Bobby, juguemos al fútbol!- Gritó Mark, a la vez que bajaba las escaleras a toda velocidad en dirección al campo, siendo seguido inmediatamente por Erik.

-Chicos...- Murmuró Bobby, boquiabierto- ...¡No empecéis sin mí!- Gritó poniendo una sonrisa en su boca y bajando al campo bajo la mirada de una sonriente Silvia.

Al día siguiente.

-¡Lo siento mucho!- Gritaba cierto moreno, haciendo una reverencia más ante su equipo. Con esta iban como ocho en quince minutos, a pesar de que el Raimon había aceptado sus disculpas desde la primera vez este seguía insistiendo en pedir perdón más veces. Aiku, ya harto, le agarró del pelo.

-Imbécil, hemos aceptado tus disculpas ochenta veces ya, así que cállate y entiende que no te tenemos rencor- Le dijo el heterocromático con una mirada enfadada. Sin embargo, no lo soltó tras eso, sino que se acercó a su oído- Solo espero que no les hayas dicho de esa técnica, porque entonces si te mato- Advirtió el bicolor en su oído, sintiendo como al peligris le daban escalofríos.

-Tra-tranqui, nunca les avisé de esa- Dijo el moreno temblando. Tras eso nuestro querido prota lo soltó susurrando un "bien". Después se dirigió a la salida de la caseta mientras suena la sirena que avisaba del inicio de las clases. 

Tras la jornada escolar, el equipo se reunió en la caseta para hablar un poco y después dirigirse al campo. En ese momento, Peabody dijo algo que alegró a todo el mundo y shockeó a un par.

-Bueno, con la tontería nos hemos librado del peso muerto de Wintersea. Aiku hacía más de entrenador que él- Todo el mundo empezó a celebrar hasta que sonó un golpe.

-¡Mierda! ¡¿Cómo me había olvidado de eso?!- Gritó Aiku, aparentemente furioso. Todo el mundo lo miró raro hasta que Byron se dio cuenta y habló.

-Joder es verdad- Dijo Byron captando las miradas de todo el mundo- Ningún equipo puede participar en el Fútbol Frontier sin entrenador- Reveló el rubio. En ese momento la puerta se abrió, revelando a Nelly, siendo interrumpida antes de siquiera poder hablar- Si vienes por lo del entrenador, lo sabemos- Dijo el ojirojo, mucho más tranquilo que su amigo.

-Bien, eso agiliza las cosas- Dijo la pelicaoba- ¿Alguna idea de quién puede ser el entrenador?- Preguntó la gerente. El silencio sepulcral le respondió- Bien, no sé ni para que pregunto, empezaré a buscar- Dijo la chica saliendo de la caseta.

Después de aquello, el equipo entrenó con normalidad, aunque no podían sacarse la preocupación por la falta de entrenador de la cabeza. Bueno, todos menos Aiku, Byron y Axel que confiaban ciegamente en la capacidad de Nelly.

La Serpiente del Raimon. (PAUSADA POR FALTA DE INSPIRACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora