CAPÍTULO OCHO

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¿Qué?

¿Qué?

¿Cómo es que Jay mágicamente aparece en el tercer lugar de la competencia?

Atónitas.

¿No estaba en la universidad?

Claramente no.

¿Me mintió sobre esto?

Claramente sí.

Me quedé mirando el mural en el que su foto parecía estar burlándose de mí, porque, después de tanto tiempo sin dar señales de vida, aparece mágicamente en medio de mi escuela a la vista de todos. Bueno, no mágicamente, la inscripción para esta escuela se debe hacer desde que somos niños, sino es imposible entrar.

Yo le conté que asistía a esta escuela y él no dijo nada, cuando era más que obvio que nos encontraríamos en algún momento.

Absorta en mis pensamientos, no pude notar cuando alguien se paró detrás de mí hasta que sentí como me tocaban el hombro.

-¿Admirando mi belleza?

-Vete a la mierda David, ahora no estoy de humor para tus payasadas-traté de alejarme de él para volver a mis clases donde nadie interrumpiría mis pensamientos criminales relacionados a Jay.

-¿Por qué cada vez que nos vemos me dices eso?

-No lo sé, quizás se convierta en mi lema –le contesté cortante tratando de ir más rápido.

-No es un buen lema... seguro tu cabecita de segundo lugar puede idear algo mejor que eso.

Estaba por detenerme a contestarle que podía meterse su primer lugar comprado por donde le quepa pero al momento de girarme noté una particular cabellera rubia. Siguiendo sus movimientos con la mirada pude notar que estaba a punto de entrar en mi salón. Esperó unos segundos delante de la puerta y entró después de compartir un saludo con el profesor que, por suerte, no notó nuestra presencia.

-¿Ya terminaste de babear por el nuevo?

Desperté de mis pensamientos cuando la mano de David se interpuso en mi visión.

-¿Nuevo? ¿Acaba de ingresar? ¿Ahora? ¿Ya? ¿En el último año?

-Si, si, si, si y si... bueno no es que acaba de ingresar, lleva en espera como cinco años pero creo que logró entrar por recomendaciones.

-¿Recomendaciones? Aquí no se hace eso, menos a esta edad.

-Si, bueno, ya te podrás imaginar qué tipo de recomendaciones tiene ¿Sabías que el presidente puede escribir cartas de recomendación?

¿Cómo dices qué dijiste?

-¿El presidente?

-Ajá.

-¿El presidente del PAÍS?

-Si, yo también pregunté lo mismo.

No puedo pensar, no me funciona el cerebro en este momento.

¿Qué tipo de persona es Jay?

Pues para conseguir una recomendación del presidente... supongo que alguien totalmente diferente a lo que imaginábamos.

Parece que se de Jay lo mismo que se sobre ingeniería naval.

-Parece que este año no seremos solo tú y yo.

-Nunca fuimos "solo tú y yo" –remarqué sus palabras y corté con nuestra conversación para volver, por fin, a clases.

David murmuró unas palabras que no logré distinguir y menos importaban.

POR MI Y PARA TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora