Si dijera que no necesito verte al menos una vez lo haría a regañadientes, pues sólo sería una mentira que tal vez todos me creerían pero no mi corazón. Nunca se puede olvidar al primer amor, y tú fuiste la primera mujer en mi vida.
Extraño escuchar tus ruidosas risas, y tu arte trasmitida al cocinar, viéndose desde lejos como es que tu papel de alquimista tras el fuego era inigualable, convirtiendo plomo en oro, convirtiendo estómagos hambrientos en corazones contentos. Quisiera darle una vuelta al cielo y poder abrazarte no sólo una vez, sino por tanto tiempo como me sea posible. Ahora sólo puedo hacerlo en sueños, pero créeme que en cuanto tenga la oportunidad no dudaré en que tú serás la primera persona a la que buscaré. Mientras tanto disfruta de la paz y tranquilidad que habita en el firmamento, y tranquila, criaste a guerreros de sangre, ya nadie te hará daño.
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Capuchino A La Luz De Media Noche
PoetryRecopilación de mala literatura de un amante embriagado de amor.