~4~

6K 348 32
                                    

Olive soltó una carcajada cuando escuchó la película que iban a ver. Lo cual le hizo sentir aún peor, pero es que no había podido improvisar algo mejor y solo se le había venido a la mente Mario Bros porque su hermano Miles lo había mencionado días atrás.

— No me malinterpretes, adoro los videos juegos y Mario Bros me parece espectacular, pero no es romántico ir a ver una película calificada para niños.

— Lo sé, lo sé.

— Con lo que te gusta el terror pensé que ibas a invitarlo a algo así.

— Ya está, al fin y al cabo, aceptó.

— Un poco me indigna, porque ahora no tengo con quien ir a ver Mario.

— Le dije que no podía ir contigo porque estabas muy ocupada, al igual que Finn, ¿y si le pregunta a Finn y le dice que ni siquiera lo invité?

— En tal caso dices que no lo invitaste porque yo te dije que estamos muy ocupados.

— Gracias, me solucionas la vida —dijo suspirando aliviada.

— Lo sé —respondió felizmente—. ¿Ya viene Miles?

— Supongo que no tardará, no está tan lejos.

— Buscaré la computadora mientras tanto, no comprendo que le pasó, llegué a casa y tan solo no quiso funcionar.

— Miles sabrá que hacer —dijo para darle consuelo.

Sabía que la vida de Olive estaba en esa computadora, como suponía que debía ser en general para las personas. Pero confiaba en que Miles, su hermano menor, tuviera solución.

Estaba estudiando ingeniería en sistemas, de hecho, se graduaría en unos meses, así que esperaba pudiera ayudar a Olive.

De algo tenía que servirle tanto estudio, ya que no iba a ejercerlo bien podría usarlo para ayudar a sus conocidos. O bueno, sí que utilizaba sus conocimientos, pero para ser streamer y dedicarse a los videos juegos profesionalmente.

Sus padres casi se habían muerto cuando les había dicho que quería dedicarse a eso, pero al final lo habían comprendido, sobre todo cuando había comenzado a crecer teniendo unos cuantos seguidores.

Al menos veinte minutos más tarde, su hermano llegó con su encantadora sonrisa, obviamente dedicada a Olive.

— Llegó tu caballero de reluciente armadura a salvarte.

Olive soltó una carcajada antes de saludarlo.

— Si la arreglas te deberé una muy grande mi caballero.

Jenna hizo una mueca. Nunca, pero nunca, había entendido si los coqueteos iban en serio o solo eran chiste. Desde hacía por lo menos un año que Miles aseguraba estar perdidamente enamorado de Olive y ella no decía nada, solo era amable con él y le seguía el juego.

Pero Olive era así, hasta bromeaba con Finn, y con él sí que eran solo bromas porque su hermano mayor era gay, así que jamás estarían interesados el uno en el otro.

— Haré todo lo posible, al menos intentaré salvar la información que tiene.

— ¿Podrás ver lo que he estado viendo en incógnito? —preguntó Olive con mucha prudencia.

— Solo si indago demasiado.

— Bien, se discreto con lo que encuentres.

— Ma causa cierta intriga saber que miras —dijo Miles con descaro.

— No lo soportarías, aún no maduras lo suficiente.

— Pero siempre estaré dispuesto a que me enseñes.

Ahora o nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora