،، ❛ ₍ factor R!🎬

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Aún sentada en el sofá, roció mordisqueó su labio inferior antes de, tímidamente, llevar ambas manos a su vientre aún plano y acariciarlo

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Aún sentada en el sofá, roció mordisqueó su labio inferior antes de, tímidamente, llevar ambas manos a su vientre aún plano y acariciarlo. Era irreal la situación, ambas conocían su estado como mujer pero como rivers había dicho, las mujeres con mujeres  tenían una probabilidad inexistente de quedar en ese estado. Y ambas acababan de comprobar que por muy baja probabilidad, las cosas podían seguir ocurriendo.

Salió de sus pensamientos al sentir un peso sobre el sofá y otro sobre sus piernas, eran chipotle y arrozito  respectivamente. Ambos movían sus colas de emoción mientras la miraban fijamente, roció sonrió y acarició a ambos perros cariñosamente. Chipotle instintivamente se apoyó sobre un costado de ella, cerca a su vientre.

-Me preguntó cómo serán ante el nuevo miembro de la familia, seguramente igual de lindos que siempre.-aduló besando la cabeza de su pequeño arrozito, mismo quien se recostó sobre su regazo dispuesto a dormir.

Roció no podía estar más satisfecha con su vida actual, seguramente lo más complicado sería comunicarlo a sus familias -su hermana menor era igual de dramática y exagerada que su suegro-, no sabía si rivers pensaba anunciarlo a su comunidad pero apoyaría su decisión, sea cual sea.

-Perdóname la vida entera, preferí pedir la comida a domicilio.-avisó la mayor llegando a la sala, su precioso chipotle se levantó rápidamente y le dejó el sitio libre, en cuanto tomó asiento, su cachorro se abalanzó sobre ella.-¡Hey chipotle! ¿Qué tal estás, bonito? No te he mimado lo suficiente el día de hoy, una verdadera traición nacional.

Roció soltó una risa mientras veía a su novia besuquear a chipotle, las interacciones que veía entre ambas siempre le parecían adorables a más no poder. De pronto, el teléfono de la castaña sonó anunciando una notificación por lo que se vio obligada a mover un poco a su pequeño arrozito para sacar su teléfono de su pans deportivo y leer el mensaje


 De pronto, el teléfono de la castaña sonó anunciando una notificación por lo que se vio obligada a mover un poco a su pequeño arrozito para sacar su teléfono de su pans deportivo y leer el mensaje

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