Capítulo 5 "Ese lugar que recuerdo"

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—¡Joder Minok!, ¿Qué haces aquí? —le recrimino echandole una mirada castigadora.

—La jefa me mandó —habla ella con seriedad letal —No sabíamos de ti y me ha mandado a investigar y sabes que cuando me saca de la barra...—no termina de decir —.

Trago saliva —Lo sé, solo en casos especiales o urgentes hace eso —respiro hondo.

—Estoy bien, ¿okay? —increpo —Además solo han sido dos días si acaso — levanto las manos a modo de defensa.

Ella me mira perpleja —¿Qué dices chica? ¿dos días? —bufa.

—Si —vacilo —.

Pero ella niega con la cabeza.

—Ya ella nos había dicho que el tiempo no transcurre igual en esa ciudad que en otros lugares —traga saliva la mujer de piel bronceada.

—pasaron un par de semanas, Ocean —suelta ella, su mirada es distante—.

—¿Qué? No puede ser —le contesto, mientras reviso el calendario de mi móvil, a la vez que le reviro —creo que necesito un trago —mientras termino de dejar mi mochila de viaje en el suelo; ella continúa del lado del ventanal, ahí parada, observando el horizonte.

—Bueno, ya sabes que estoy bien —agrego —Ya puedes correr a decirle a Moon—.

Ella tensa la mandíbula —No comprendes, ¿cierto? —dice con amargura.

—¡Agente Ocean! —gruñe ella y entonces sé que está realmente molesta, ya que solo me llama así en pocas ocasiones —Yo estaba muy preocupada por ti — se le quiebra la voz —pensé que había perdido a mi única...— su respiración es irregular.

—¡Oh, mierda! —escupo, Dejando lo que está haciendo y me apresuro hasta ella.

—No lo digas —la estrujo entre mis brazos —¡tonta! —sollozo con la mirada oscurecida —pase lo que pase, tu eres mi mejor amiga —le hablo, mientras continuo estrechando fuertemente —si algo agradezco de aquel día haber entrado a ese bar —aprieto la mandíbula —es haberte conocido —siseo.

—Sabes que con nadie me permito ser vulnerable —.

Minok, ha sido la mejor amiga que he podido tener

—Te prometo que algún día nos liberaré —musito.

Ella se aparta de mi agarre para mirarme con extrañeza.

—Como si eso fuera posible —habla con tono melancólico —portamos cadenas que son invisibles — agrega —.

Le tomo las manos —ahora, más que nunca, me siento esperanzada — brindándole una sonrisa cálida.

—Ya cuentame —escupe ella —¿como se llama? —con una mano en mi rostro, una de sus uñas amenazantes en tocar mi sien.

Me petrifico un segundo, pues Minok tiene la habilidad de hacerte hablar solo con poner esa uña dorada en el rostro.

—¡Aleja esa uña de mi! —le increpo, apartando su mano de mi rostro con suavidad— no comprendo ¿de qué hablas? — apresuro—.

—Yo jamás usaría mis habilidades en ti —me dice posando sus ojos en mí —bueno, a menos que no me hayas traído un recuerdo —dice con voz suave pero letal — entonces si, hasta te haría ver pesadillas —vacila.

Tenso los hombros, sacando de mi chaqueta el colguije de sol de oro puro.

—Es precioso —dice con los ojos llenos de luminosidad —.

Agente OceanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora