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Estaba haciendo la cena para mi y para mi novio, sí, vivo con mi novio Thomas. La persona más tierna del mundo, bueno estaba cocinando milanesa con pure.
—¡Amorrr!—grito Thomi desde arriba.
—¿¡Qué pasa!?—le respondi de la misma manera.
—¿¡Ya está lista la cena!?—pregunto.
—No amor, todavia no. Yo te llamo, ¿¡listo!?—le respondi, buscando de alguna manera calmar su apetito.
—Amor, es que tengo alta lija.—se quejó.
—Espérate, mi vida.—Dios, parece un nene.
Quebra de tiempo
—¡Amorrr!—lo llame ya que por fin la comida estuvo lista
—Voyyy.—sé escucho como baja corriendo.
—Toma amor, pon la mesa.—le di los platos, riendo por su cara de disgusto.
Despues que rusher pusiera la mesa, lleve la comida a la mesa.
—Uh, amor, está re rica.—me halaga, o es por que tiene hambre.
—Lo sé, lo cocine yo.—reímos.
—Está lloviendo re fuerte, bld.—dijo mirando hacía afuera por la ventana.
—Uy sí.—ignoré lo que había dicho—¿Lavas los platos vos?—hice puchero.
—Está bien, pero con una condición.—me dijo con cara picara, no sé por qué no lo pensé; es Thomas.
—¿Que queres, Thomas Tobar?—crucé los brazos.
—Bañarme en la lluvia con vos.—dio una sonrisita picara.
—Bld, ¿vos estás loco?, amor son las 10:25 p.m.—dije enseñándole el reloj.
—Anda amorrr.—hizo puchero.
—Uff, está bien.—dije soltando un suspiro.
Quebra de tiempo
Al instante de terminar de lavar la loza Thomas fue hacia dónde Laura, buscando levantarla para cumplir su trato.
Al llegar a la sala divisó a su novia sentada tranquilamente mirando su celular. Pudo notar que su respiración era calma, signo de paz en ella.
Le daba un poco de lástima sacar a su novia de su tranquilidad para mojarse en la lluvia, pero lo prometido es deuda.
—Me da mucha lástima sacarte de tu tranquilidad, pero lo prometido es deuda.—se sentó a su lado sonriendo.
—Tranquilo, mi vida.—le dio un besito—Me cambió y vuelvo.—la chica se levantó y fue a cambiarse.
Thomas le sonrió cómo respuesta y la chica se fue. El chico sacó su celular, mientras esperaba que su novia se cambiara.
Miraba tranquilamente un video cuándo sintió la presencia de su novia en la sala acogedora, y inmediatamente volteo a mirarla.
La chica traía puesto un short de jeans corto y alto, y por la parte de encima traía la parte de arriba de un traje de baño blanco; simple pero bonito.
Thomas le sonrió y la tomo de la mano, guiándola hacia la salida, dónde ya se podía sentir la lluvia.
Thomas simplemente se sacó la camisa y la dejo en el porche de la casa que compartía con su novia.
Salió a la calle con su novia, la cuál la tenía de la mano. Empezaron a correr y a saltar, estaban disfrutando esto de una manera inimaginable.
Corrían de una esquina a otra, cómo dos nenes pequeños. Laura jamás imagino hacer algo así en su vida; pero cuándo estamos enamorados las cosas cambian.
