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A
brí mis ojos lentamente, buscando a mi novio en la cama para darle los buenos días, pero no lo conseguí.
Miré hacia la puerta del vestidor y ahí estaba; estaba recostado al margen de la puerta, todo recién levantado.
Sabía que estaba nervioso, el simple hecho de que yo siempre me levanto primero. Estoy segura que casi ni durmió.
Para los que no están entendiendo un carajo, hoy es la final de la Red Bull Internacional, y Valen está que se muere de nervios; y no es para menos, compite contra Aczino.
—Buenos días, amor.—dije levantándome de la cama, yendo a darle un abrazo.
—Buenos días, chiquita.—recibió mi abrazo y puso su mano en mi cabeza.
—¿Estás nervioso?—pregunté algo que es notoriamente obvio.
—Sí, pero... no sé ni que.—expresó, por último dando un suspiro.
—Dale, no te pongas así, sos el mejor de todos.—dije y este sonrió.
—Que te como la boca.—dijo sonriendo y mirándome la boca.
—¡Nooo!—me separé de su agarre—Que ni me he lavado los dientes, cochino!—dije y los dos reímos.
Luego yo me fui a duchar y el no se que se hizo. Me lavé los dientes, seguidamente hice mi skincare mañanero.
Salí del baño envuelta en la toalla, yendo directo al vestidor. Entré y escogí un conjunto de chandal, luego más tarde me arreglaría para la batalla.
Salí del cuerto y bajé, encontrándome a Valen sentado en la isla de la cocina; bebiendo mate y mirando sus correos en la laptop.
Sonreí al verlo, le agradezco a la vida por haberlo conocido, y más aún por que es mi novio.
Bajé los últimos dos escalones que me quedaban y fui a darle un beso, ya que ahora si podía.
—Ahora sí me das un beso.—cruzó los brazos fungiendo estar enojado.
—Ay, entendé amor.—dije riendo.
Pasé a la cocina dispuesta a hacer el desayuno, que probablemente ibar a ser tostadas. Pero al mirar que eran las 12:05 p.m hice de una el almuerzo.
El cuál consistía el un guiso con verduras y arroz, muy bueno, la verdad.
Luego de almorzar con Valen fuimos a darnos una pequeña siesta, ya que a las 5:00 tendríamos que estar en el local dónde sería la gran final.
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Abrí mis ojos lentamente, mientras el sol de la tarde entraba vagamente en mis ojos. Miré a mi lado y Valen seguía completamente dormido.
