Prólogo

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PRÓLOGO

Respiré profundamente, intentando calmar mis pensamientos y controlar mi ansiedad. Recordé el antiguo refrán que mi madre solía decir al pláticar el día de su boda: "Algo viejo, algo nuevo y algo azul".
Pensé momentos en mi vida en los que había enfrentado situaciones difíciles después de ser exiliada de mi propia familia, aquel pensamiento se aferraba a mi corazón, como un oscuro capítulo que había convertido mi existencia en un auténtico infierno.

—Nena, deja los nervios para el novio —dijo con un tono burlón mientras me sujetaba la mano con fuerza. Extrañamente, el contacto de su piel resultó reconfortante en medio de mi ansiedad. El calor de su mano transmitía una sensación de calma y confianza.

Sus palabras me hicieron sonreír, rompiendo momentáneamente la tensión que sentía en mi interior.

— Dominic, no consideras que te has excedido un tanto, es decir... —titubeo, intentando expresar mis pensamientos sin sonar fría o cortante como de costumbre.

— Es mi boda —me interrumpe con toda seguridad, sin permitir que termine mi frase.

Sus palabras me sorprenden, dejándome sin aliento por un momento.

Decido no dejarme llevar por su dominancia y le contestó con firmeza:
—Falsa, Boda Falsa.

Se instala entre nosotros un incómodo silencio cargado de tensión.

— Pero ellos no lo saben — dice con una sonrisa, desafiante. Da unos pasos hacia mí, invadiendo mi espacio vital. Siento cómo mi corazón se acelera al sentir sus manos sujetar mi barbilla con firmeza, obligándome a alzar la mirada. El color de sus ojos verdes penetra mi alma, y en ese momento, parece tener un control absoluto sobre mí.

Me debato entre el deseo de liberarme de su control y la extraña atracción que me cautiva. Es como si estuviera en un juego de poder, donde cada movimiento y palabra suya dicta mi siguiente movimiento.

— Solo estoy pagando aquella deuda que me encadena a ti y después de eso me largo —respondí con determinación, sintiéndome segura de mis palabras. Estaba decidida a liberar de cualquier lazo que nos uniera, convencida de que tenía el control de mi propio destino. Pero, como suele suceder, el destino tenía otros planes para mí.

De repente escuché a alguien gritar mi nombre: "¡Isidora!".
La voz sonaba lejana pero familiar, y rápidamente capturó mi atención.

Volteé hacia la dirección del sonido, la sorpresa y la confusión se apoderaron de mí. Era mi hermana que corría hacia mí con una amigable sonrisa en el rostro. ¿Qué está haciendo ella aquí? me pregunté a mi misma

Su sonrisa se desvaneció en cuanto miró a Dominic a mi lado— ¿Qué está haciendo él aquí? – preguntó indignada, y le lanzó una mirada de repudio.

Volteé hacia la dirección del sonido y la sorpresa y la confusión se apoderaron de mí. Era mi hermana quien corría hacia mí con una amigable sonrisa en el rostro. ¿Qué estaba haciendo ella aquí? Me pregunté a mí misma, intentando comprender la situación.

Sin embargo, su sonrisa se desvaneció en cuanto posó sus ojos en Dominic, quien estaba a mi lado. Mi hermana me miró con indignación y lanzó una mirada de repudio hacia él.

— ¿Qué está haciendo él aquí? —preguntó con voz cargada de disgusto. Sus palabras resonaron en el aire.

— Solo soy un invitado más —mintió Dominic con descaro, tratando de ocultar la verdad que se había revelado hace un mes.

Había descubierto que Thais, mi hermana, le había propuesto a Dominic una alianza en la cual le ofrecía un puesto en nuestra empresa familiar, BAS (Bellamy Atlantic Socialité), a cambio de contraer matrimonio. Para nuestra familia, que tenía una mentalidad extrañamente tradicional, el matrimonio era considerado como la forma más efectiva de cerrar acuerdos y asegurar el control de los negocios.

Dérne |Bellamy|Where stories live. Discover now