Isidora
— No debimos hacerlo —dije, con un nudo en la garganta y la mirada llena de frustración.
— Yo no me arrepiento —respondió Darius con un tono burlón que hizo que mi enojo se intensificara.— Dominik y yo acabamos de casarnos, Darius. Hay algo profundo entre nosotros, y siento que lo acabo de echar a perder.
— Isidora, yo te amo. Dominik solo nos utilizó para cerrar sus acuerdos millonarios, obteniendo tu apellido y los permisos que tú le ayudaste a conseguir. Solo te está utilizando.
— No entiendes, Darius. Lo que hay entre Dominik y yo va más allá de cualquier cosa. Es lealtad.
Darius rompió la distancia entre nosotros y colocó su mano en mi corazón.
— Sé que sientes lo mismo que yo. Mi hermano te tiene atada con su manipulación psicológica y su juego de poder. Deja que yo te ayude.
Rodeé su cuello con mis brazos y le llené de besos. Era tan tierno, tan sincero. Me sentía atraída por Darius, habíamos compartido noches largas juntos, cenas interesantes y me acompañaba incluso en las compras.
— Isi, ¿puedes confiar en mí? —me miró con ojos llenos de sinceridad, y me dejé de engañar.
La voz de Daliz, mi suegra, nos interrumpió. Estábamos compartiendo junto a la familia de la prometida de Darius, faltaban unas pocas horas para que Dominik asistiera a la gala de esa noche. Era el evento más importante en el cual sería nombrado presidente de la compañía.
Alina, la prometida de Darius, sostenía su mano con delicadeza y no dejaba de mirarlo con ojos de enamorada. Él estaba totalmente serio, observándome, y yo lo ignoraba. Estaba indignada, me sentía engañada, defraudada.
— Perdonen, no me siento nada bien —dije con gentileza, levantándome de la mesa.—Espero que me disculpen, disfruten el almuerzo. Sentía mi estómago revuelto como si se tratara de un drama de telenovela.
Escuché los pasos de Darius detrás de mí hasta el estacionamiento.
— No me sigas, escoria —dije furiosa.
—Déjame explicarte —dijo con la voz entrecortada.
— Ya es tarde —subí a mi auto. Su pie impidió que cerrara la puerta de mi Alfa Romeo.
— Nada de lo que te dije es mentira.
— Los tres son unos mentirosos, tú y tus hermanos son expertos en el gran arte de mentir. Son unos perfectos mentirosos.
— No esperaba que Alina llegara tan pronto —dijo confundido.
— Anda, tu prometida te espera.
— Isi, no es lo que parece.
—Basta, eres el lobo disfrazado de oveja.
Bajó la mirada y vi cómo sus ojos se llenaron de lágrimas, reflejando una mezcla de tristeza y frustración. Sus puños se apretaron con fuerza, y su boca se entreabrió como si estuviera a punto de decirme algo crucial, pero en un último instante, se retractó en un silencio cargado de tensión.
Mi mente estaba llena de preguntas sin respuestas mientras me dirigía al apartamento de Dominik, desesperada por encontrar consuelo. Allí, en la soledad de su espacio, bastó un baño largo que empañó el espejo, una botella de vino tinto que calentó mi garganta y el álbum melancólico de Adele como compañía para que el dolor que me atenazaba el corazón dejara de ser tan insoportable, al menos por un momento.
Los recuerdos de nuestra infancia afloraron con intensidad. Darius, un hermano sobreprotector en esos años, siempre estaba dispuesto a enfrentarse a Dorian, el causante de mis tormentos. A mis catorce años, con brackets en los dientes y llenos de inseguridades, Dorian encontraba en mí su blanco perfecto para burlas crueles. Pero Darius nunca permitía que eso pasara por alto; siempre intervenía para darle a Dorian su merecido.

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Dérne |Bellamy|
FanfictionUna emocionante y poco común historia ficticia de romance caótico.