Isidora
Dominic salió nuevamente en un viaje de negocios, y me di cuenta de que apenas teníamos tiempo para charlar. Me pregunté si esta sería la dinámica constante entre nosotros.
Estaba disfrutando de una taza de té con Daliz cuando recibí una llamada inesperada. Era Helios, mi mejor amigo de la universidad. Antes de mudarme del apartamento que compartía con Megan y él, les había mencionado mis planes de viajar a California durante el verano para visitar a mi familia.
Me sorprendió gratamente cuando Helios mencionó que ambos habían venido desde Londres de visita. Me apresuré a prepararme y me dirigí al punto de encuentro en el viñedo de la familia Monroe. El sol californiano acariciaba los viñedos, creando un ambiente cálido y acogedor para nuestra reunión.
Vi a lo lejos un llamativo Mercedes y supe que ya habían llegado. Les di la bienvenida y los guié por la finca. Megan estaba claramente impresionada por la belleza del lugar, a diferencia de Helios, quien había pasado toda su vida rodeado de lujos.
— ¿Cómo han estado sin mí? —dije con una sonrisa, intentando aligerar el ambiente.
— Terrible —exclamó Megan, exagerando con una expresión dramática.
— Es un caos —añadió Helios con un guiño cómplice.
No pude evitar soltar una risita ante sus reacciones exageradas. Helios me rodeó con sus brazos y me dio un ligero beso en los labios mientras decía suavemente: "Te extrañé". Mis ojos se abrieron de par en par al percatarme de que Darius nos observaba desde la distancia.
Un rubor instantáneo subió por mis mejillas al encontrarme con la mirada intensa de Darius. Su expresión era un enigma, y me pregunté qué pensamientos se escondían detrás de esos ojos penetrantes. Decidí mantener la compostura y le devolví una sonrisa amigable, aunque mi corazón latía un poco más rápido de lo habitual.
— Te lo he traído personalmente, ya no lo tolero —dijo Megan con un tono de fastidio, cruzándose de brazos en actitud desafiante.
— Soy todo tuyo —respondió Helios, agregando un toque de coqueteo a la conversación.
—Basta, galán —comenté con una risa, distanciándome de su juego.
— Este Golden Retriever es todo un desastre en la cocina. Intentó hacer una pizza y estuvo a punto de incendiar el apartamento.
— Exageras —respondió Helios mientras tomaba un sorbo de vino y tocaba ligeramente la frente de Megan en un gesto amigable.
— Parece que hay química entre ustedes dos —bromeé, señalando la interacción juguetona entre Megan y Helios.
Ambos se miraron con expresiones de disgusto en sus rostros, como si la idea fuera completamente inaceptable.
— Hemos venido por ti —cambió de tema Megan con una sonrisa, aliviando la tensión.
La mirada de Helios se desvió hacia mi anillo de bodas, y pude notar cómo su risa desapareció y sus músculos se tensaron al instante.
— Prometo que volveré en cuanto pueda —respondí a Megan, tratando de tranquilizarla y mantener la calma.
Helios pareció a punto de decir algo, pero su voz fue interrumpida por Darius, quien irrumpió en nuestro encuentro de manera sorpresiva. Su presencia añadió un giro intrigante a la situación, y me pregunté qué habría motivado su llegada en ese momento.
Megan lo miró detalladamente con una sonrisa, y yo no pude evitar sentir un destello de celos. Darius era increíblemente atractivo, y a pesar de ser gemelo de Dorian, sus rasgos eran distintos y su estilo completamente opuesto. Darius llevaba gafas y vestía con un aire que recordaba a un estudiante destacado de Harvard o a un personaje de esas series de Netflix, donde la protagonista se debate entre el chico inteligente y el deportista popular. Su presencia destacaba entre nosotros, generando una mezcla curiosa de admiración y envidia en la habitación.

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Dérne |Bellamy|
FanfictionUna emocionante y poco común historia ficticia de romance caótico.