Una chica nueva acaba de llegar al pueblo, y en el descenso cometió algunos errores.
Sin embargo le acompaña la chica más respetada de todo el lugar...
Después de todo, siempre hay dulzura en los corazones más amargos.
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-Este e...
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Hip..!
La velocista y la peli negra caminaban ambas algo incomodas después de lo sucedido. Max solo estaba pensando en algún chiste que pudiera hacer reír a Bibi para que se olvidara de aquel mal momento, pero de pronto se le vino una pregunta a la cabeza.
—Hey Bibi!— dijo Max captando toda la atención de la peli negra.
—Mmm?— dijo tratando de asumir indiferencia.
—Me preguntaba... como es que todos en el pueblo que conocen entre sí?— dijo muy curiosa.
—Bueno... en realidad este pueblo nunca a tenido muchos pobladores, entonces algunas familias permanecen así desde que estamos pequeños, y nosotros seguimos sus raíces— dijo manteniendo la indiferencia.
—Wow, entonces no creo que sea tan fácil encajar aquí— dijo asombrada.
-Yo pienso que si, todos aquí son muy amables, a pesar de todo, no nos molesta tener a gente nueva por aquí, nunca a sido malo— dijo un poco nostálgica.
Max se imaginaba un montón de cosas, le parecía bastante tierno lo que Bibi le contaba, siempre había soñado con un lugar así, donde todos se conocieran y se llevarán bien entre ellos, tal como una familia.
—Eso suena muy bien...— dijo tomando la mano de Bibi de manera involuntaria.
La peli negra solo quedo en shock por un momento, estaba muy confundida, no sabía si le gustaba este tipo de contacto. Pero no iba a decirle nada a Max, tal vez ella ni siquiera se había dado cuenta, o era algo normal para ella. . . . . . . .
Después de un rato de caminar llegaron al Local, Bibi estaba algo extrañada, ya que no esperaba que estuviera tan lleno tan rápido.
Un chico a lo lejos miro a ambas chicas entrar al restaurante, a este le pareció un poco cursi y decidió acercarse a ver qué pasaba.
—Hey Bibi! Ese es tu regalo de San Valentín?—dijo susurrándole a la peli negra de manera burlona.
—Porfavor cállate!— dijo un poco avergonzada.
—Hola mucho gusto, soy Fang!— dijo examinando de pie a cabeza a la velocista.
