𖦹 𝐁𝐥𝐮𝐞𝐛𝐞𝐫𝐫𝐲 𝑬𝒚𝒆𝒔 𖦹 ʸᵒᵘⁿᵍ ᵐⁱᵏᵒ

✩ 4.

Nos vestimos rápido y bajamos las escaleras.

-Vicky, puedes ir saliendo, ¿si?, esperame afuera. -Dije con una amplia sonrisa en mis labios. Espere a que saliera para hablar con mi mamá.

-No tengo ni idea de que le pasa, pero creo que quizás es porque extraña a Leila. -Exclamé en un tono preocupado.

-¿No crees que sea por algo más? Las escuché hablando ayer. -Confesó mamá.

-¿Por mí? Pfff, jamás, yo estoy bien con ella, no pasa nada. -Dije disimulando lo que obviamente era un "SI, VICTORIA, ME GUSTA A MORIR" pero no quiero que mamá lo sepa.

-Katherine Charlotte Caled de la Torre, tú saliste de mí, ¿crees qué no te conozco, eh?, yo noto a kilómetros que te gusta, te gusta desde que naciste e incluso me puedo atrever a decir que desde mucho antes.

Dios mío, ¿tan obvia soy?

-Hay gestos que te delatan, la miras de una manera tan... Especial, no entiendo porqué no le haz dicho. -Parecía estarme regañando.

-Mamá, no puedo, ¿y si no siente lo mismo? Voy a dañar nuestra amistad, no estoy lista. -Dije un poco desesperada porque no sé que hacer al respecto de mis sentimientos.

-Solo sé tu misma y se sincera... -De la nada algo interrumpe a mi madre.

-¡Katherine, helado! -Gritó vicky, débilmente.

-¡Victoria, ya voy!, hasta luego mami, vuelvo en un rato. -Exclamé, corrí para cerrar la puerta y empezar a caminar. El camino fue callado, estabamos a punto de llegar y no decía ni una sola palabra, yo no sabía de qué hablarle hasta que...

-Kate. -En un tono bastante serio. -No me gusta esto.

-¿El qué? -Pregunté confundida.

-Que me ocultes cosas, se que te estás guardando algo y no me gusta, siempre hemos estado juntas, te conozco a la perfección, sabes que puedes contar conmigo para todo, pero no si no me dices las cosas directamente porque no leo mentes.

-Entonces eso es lo que te preocupaba.

-No del todo.

-¿No del todo?

-No, también me preocupan los partidos de fútbol que tengo la próxima semana, y también me preocupa un poco mi sexualidad. -Susurró esa última palabra como si fuese un secreto. Es obvio en todo su ser que lo es y lo a sido desde siempre. -Me molesta porque los demás no me ven como soy, piensan que soy una... ¿Mujeriega?, y duele, porque ahora tú, la única persona que me acepta tal y como soy me está ocultando algo.

-Victoria, no me siento lista para hablar de mi tema. -Agaché la cabeza mientras ella se acercaba al punto de helado para pedir, no tenía que decirle cual quería porque ella ya lo sabía, helado de café para mí y para ella de chocolate, siempre a sido así.
Luego de pedir y recoger los helados, que sorprendentemente no eran helados, eran cajas de un litro de helado, continuó.

-Yo si me siento lista, mi cabeza no para de dar vueltas sobre eso, no puedo con eso, y sé que esta mañana me viste raro por mis ojos hinchados, pero tienes que entender que siento que esto nos está distanciando, o que tu te estas distanciando ya que no tenemosla misma comunicación, y no quiero eso porque te quiero mucho. -Habló de manera acelerada, se le notaban los nervios. -Podría incluso decir que te amo.

-Yo no puedo aún, solo espera un poco, no sé cómo explicarte todo pero prometo que lo haré pronto, que no lo diga no significa que no sienta lo mismo de antes, significa que no se como decirlo... Ahora, ¿¡dos litro de helado!? Maria Victoria, ¡estás loca! -Intenté cambiar el tema por otra cosa y para mí suerte me miró y sonrió ampliamente.