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No sé desde cuándo o como me empezó a gustar Satoru Gojo y siempre me preguntó el ¿Por qué?, Es una persona sumamente ególatra y narcisista pero tengo que aceptar que después de todo es una buena persona, no se porqué me acogió aquel día con su cara estúpida y una frase que jamás olvidaré a pesar de que la escuché como un susurro "son como dos gotas de agua" no se a que se refería. Luego de eso se encargó de mi y Tsumiki a pesar de que no siempre estaba con nosotros sus visitas inesperadas se volvieron lo normal; siempre lo estuve observando y me di cuenta que por más de que esté rodeado de gente en sus ojos se ve soledad, a pesar de que sus ojos pueden ser los más hermosos que jamás hayan pisado está tierra, eran solitarios como si algo le faltará o perdiera.

Pasaron los años y estar con él era lo normal, un fastidio diria a veces, aunque algunas actitudes se ven forzadas en su cara, soy algo observador desde que tengo memoria y se que detrás de esa máscara sufre y en mi cabeza llegan pensamientos de ayuda y sobre cómo hacerlo, pero se que no puedo, no puedo meter mis narices en eso, no puedo saber quién le hizo tanto daño.

Entrenar con él era la cosa más humillante posible, repito es alguien muy egocéntrico, "nadie es tan perfecto como yo", su típica frase, pero le tengo que agradecer gracias a eso puedo defenderme y poder lograr proteger a mi hermana y si es posible a él.

Pero me di cuenta que no era posible, Tsumiki cayó bajo una maldición, no pude hacer nada, si tan solo no me hubiera portado frío con ella, talvez estaríamos haciendo algo para la cena y jugar, si tan solo fuera más fuerte. Perdí lo único que de verdad estaba para mí en estos momentos, Gojo a pesar de todo yo no era ni siquiera su prioridad lo sabía desde hace mucho, sabía que solo me había acogido por mi técnica ya que supe que estaba salvando a otros chicos y no es que me sintiera molesto por eso, solo que en el fondo de mi corazón hubiera querido que fuera especial para él, pero no es así.

Después de lo de Tsumiki ingresé a la escuela de hechicería, entrene allí y conocí nuevas personas agradables para ser sincero, a partir de ahí investigue y entrene para volverme más fuerte y poder proteger a los que quiero y poder volver a ver a Tsumiki bien, mis sentimientos por Gojo los tuve que mantener muy dentro de mí luego de enterarme de muchas cosas de la cuáles no quería pero por cuestiones de coincidencia escuché algo que ojalá nunca lo hubiera escuchado, así que después de todo en su corazón había alguien más, por más de que en mi mente siempre estuvo la idea de apoyarlo y hacerle sentir que no estaba solo, sabía que no iba a ser así.

Dolía a veces, el solo recordar esas palabras en la noche, así que después de un tiempo, decidí dejar pensar en eso y después de mucho llanto por todo lo que estaba pasando cerré esos sentimientos no del todo ya que eso nunca se logra si estás en constante contacto con él, lo de mi hermana, su pasado, el hecho de que no era nadie para él, mi vida, nada tenía sentido pero sigo aquí porque realmente quiero hacer algo por Tsumiki así que lo soportaré.

Ahora tengo 17, mis trabajos en la hechicería siguen y no importa con tal de estar despejado y proteger, es lo único que me interesa. Hasta que un día por cuestiones de trabajo conocí a Itadori Yuji, un chico bastante peculiar pero agradable de conocer, aunque lastimosamente se convirtió en el recipiente de Sukuna, y los problemas empezaron ese día, la pelea contra Sukuna y Gojo y como ahora los de la élite quieren matar a Itadori, todo esto sería el comienzo de un tiempo con muchas emociones en mi vida y la de las personas a mi alrededor.













Nos vemos

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