No es la persona que todos creen

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Bombero: ¿Si vas a aceptar el traslado a Maine? – Preguntó a la joven Bette.

Bette: No creo, digo, prácticamente aquí tengo todo, está mi familia, aquí nacieron mis hijos, toda mi vida está aquí en Boston.

Bombero: Pues sí, pero- Antes de que terminara, se escuchó la alarma de siniestro.

Bette: Fuego- De inmediato se unieron a los demás.

La joven Bette se paralizó mientras se ponía el casco al escuchar donde era el incendio, en la colonia donde estaba su casa.

Capitán: Muévete, Porter- Ordenó.

Bette: Sí- Tomó el casco y se subió al camión- Capitán, ¿Se sabe dónde es exactamente?

Capitán: No, pero tengo la ubicación- Se encendieron las sirenas.

Conforme se acercaban, el estómago de Bette se encogía más, un enorme nudo se formó al llegar, se bajó de inmediato y sus ojos se llenaron de agua al pararse frente a su casa en llamas, apenas podía distinguir las órdenes del capitán y los movimientos de sus compañeros.

Bette: Mi familia- Susurró y de inmediato sacó una manguera.

Capitán: ¡No! Bette, sigue el protocolo- La tomó del brazo, pero la joven bombera se zafó y entró- ¡Bette! ¡Mierda!

Bette: Cora, ¿Dónde estás? – Gritaba mientras esquivaba las llamas- Cora, mi amor- Iba a subir las escaleras cuando alguien la jaló hacia atrás tirándola al suelo y sintió un pie impactarse en su abdomen- Mi familia- Intentó levantarse, pero un impacto del extintor contra su cabeza se lo impidió.

Cora: Estamos aquí, amor- Escuchó la voz débil seguida del llanto de sus mellizos y eso le dio fuerza.

Bette: Cora- Se levantó y subió las escaleras como pudo- Cora, necesito que me indiques donde estás, háblame, amor.

Cora: Estamos aquí- Escuchó la voz en la habitación de sus hijos.

Bette: Amor, si estás cerca de la puerta, aléjate- Comenzó a estrellar su cuerpo contra la puerta hasta que la tumbó- Cora- Se agachó frente a su esposa- Vámonos, amor- La quiso levantar, pero estaba muy débil.

Cora: Por favor, Bette, saca a nuestros hijos, no hay tiempo, llévatelos a ellos- Su rostro estaba bañado en lágrimas.

Bette: No, no me hagas decidir, por favor, Cora.

Cora: Salva a mis bebés, por favor- Tosió repetidamente.

Bette: Regresaré por ti- Tomó a Regina primero y después a Graham- Los pondré a salvo y regreso, aguanta- Le pidió al ver que casi caía en la inconciencia y salió lo más rápido que pudo esquivando las llamas para que sus mellizos no resultaran heridos.

Paramédico: ¿Están heridos? – Preguntó al ver a la joven bombera con los bebés.

Bette: Al parecer no, pero revíselos por favor- Se los entregó y corrió hacia la entrada de la casa en llamas- Mi mujer sigue adentro.

Bombero: ¡No, Porter! – La sostuvo y esta vez no tenía fuerzas para zafarse.

Bette: Cora sigue adentro- Aulló de impotencia y dolor retorciéndose en el agarre de su compañero.

Bombero: Hay bomberos adentro, hará todo lo que esté en sus manos, lo sabes.

Bette: Por favor, necesito ir por mi esposa- Suplicó entre llanto y su corazón se detuvo por unos instantes cuando vio a un bombero salir con Cora en brazos- No, no, no- Corrió y la tomó de los brazos de su compañero- Mi amor, no me dejes- Se dejó caer en la acera con su mujer en sus brazos- ¡NOOOOOOOOOOOOOOO! – Ese grito fue el más desgarrador que habían escuchado los bomberos.

Donde hay fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora